Javier Ortega Smith, número dos de Vox.

La reprobación de Ortega Smith sale adelante pese al voto en contra del PP

Ciudadanos se desmarca de los populares y reprocha al dirigente de Vox su cuestionamiento de la violencia de género

Nuria Vega

Madrid

Miércoles, 27 de noviembre 2019, 14:39

La reprobación del secretario general de Vox, Javier Ortega Smith, por su intervención del 25 de noviembre en el día internacional contra la violencia de género dividió este miércoles a PP y Ciudadanos, socios de gobierno, en el Ayuntamiento de Madrid. El sí ... de los liberales permitió, finalmente, al Pleno reprochar al portavoz de la extrema derecha en el consistorio su «falta de respeto» hacia la mujeres víctimas de las agresiones de sus parejas. Y sólo los populares se quedaron al margen de la moción.

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Fue Begoña Villacís la responsable de anticipar que Ciudadanos acabaría sumando sus votos a los de PSOE y Más Madrid y que, por lo tanto, no iba a ser posible la unidad de acción en la derecha. La vicealcaldesa aclaró que no se trataba de censurar a Ortega Smith por su «ideología», sino por una actitud frente a las víctimas de ataques de género que le llevó a protagonizar el lunes un desencuentro con Nadia Otmani, en silla de ruedas tras recibir un disparo de su cuñado cuando intentaba defender a su hermana de una agresión en 1998. «La violencia machista es un acto incuestionable –advirtió la dirigente liberal–, y no daremos un paso atrás».

El PP, sin embargo, se ha movido en las últimas horas en un difícil equilibrio. Si bien el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, afeó a Vox el mismo lunes que «reventara» el acto oficial contra la violencia de género y su «silencio atronador» en esta materia, este miércoles argumentó que la reprobación formal de Ortega Smith sería tanto como «coartar la libertad de expresión» y marcó distancias con la izquierda, pese a que Ciudadanos también suscribió la moción registrada por el PSOE. «Distingamos –apostilló el regidor– el ejercicio de una opinión de la opinión que nos merece».

«Me importa un bledo», ha señalado el número dos de Vox sobre su reprobación

El desmarque de Ciudadanos, que gobierna con el PP en el Ayuntamiento gracias al respaldo de Vox, irritó a los integrantes de la formación de extrema derecha, que no conocían de antemano el criterio de Villacís. Ortega Smith censuró a los liberales su voto final dirigiéndose al partido con la expresión «veleta naranja». Y confesó, en todo caso, que el reproche político le importa un «bledo» cuando se siente «orgulloso» por no participar en lo que denomina «consenso progre» contra la violencia machista.

Réplica en el Congreso

El Ayuntamiento de Madrid no es, en todo caso, la única institución en la que Vox ha roto el acuerdo unánime hasta ahora de los partidos frente a los asesinatos de género. En el Congreso, el rechazo de los de Santiago Abascal impidió este miércoles que saliera adelante una declaración institucional con la que los grupos parlamentarios pretendían mostrar su compromiso en esta materia. «Erradicar esta violencia contra las mujeres –recogía el texto–, que hunde sus raíces en una cultura machista, es una cuestión de Estado que tenemos que abordar como país».

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Salvo Vox, todas las formaciones con representación parlamentaria estamparon su firma en el documento: «Ante la violencia, el silencio es cómplice». Pero, finalmente, la declaración tan sólo pudo ser leída por los portavoces fuera del encuentro de la diputación permanente de la Cámara. En la foto no aparecieron, en todo caso, ni Ciudadanos ni los populares. Fuentes del partido de Pablo Casado argumentaron que no es habitual este tipo de escenificaciones al margen de la sesión y la dirección nacional de los conservadores instó a Vox a llevar sus iniciativas sobre este asunto al Congreso. «Todo lo demás –zanjó el secretario general, Teodoro García Egea–, son ganas de llamar la atención».

En privado, dirigentes del PP reconocen la incomodidad de gestionar las relaciones con Vox, sostén de algunos de sus gobiernos territoriales y municipales y competidor directo en la derecha. El próximo episodio que los populares deberán administrar será la presencia de los de Abascal en la Mesa del Congreso. Y aunque el debate está vivo en el partido, la cúpula no se cierra a negociar el reparto de puestos.

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