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M. F. Antuña
Gijón
Jueves, 1 de junio 2023, 12:04
Veinte años cumple este 2023 la Iniciativa Medicamentos para Enfermedades Desatendidas y la celebración viene con premio bajo el brazo y un respaldo inequívoco hacia su tarea. El Premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional aplaude y apoya esa negación y esa lucha contra contra ... el olvido. El jurado del galardón reunido en Oviedo ha querido así premiar a la DNDi (acrónimo de Drugs for Neglected Diseases initiative), que trabaja en la búsqueda de tratamientos para quienes no lo tienen por una sencilla razón: la investigación médica y farmacéutica acostumbra a dejar de lado a aquellas poblaciones más vulnerables y pobres. Es a ese segmento al que se dirige esta entidad que fruto de la unión de Médicos sin Fronteras (MSF), la Organización Mundial de la Salud y cinco instituciones internacionales de investigación que cuenta con más de doscientos socios a lo largo de todo el planeta, desde universidades a centros de investigación, ministerios de salud y empresas.
Su misión la definen ellos mismos de esta forma: «Salvar vidas y mejorar la salud de las personas que viven con enfermedades desatendidas usando un modelo alternativo para desarrollar medicamentos para estas enfermedades y garantizando un acceso equitativo al tratamiento», reza en su página web, en el que explican que se ha creado un modelo sin ánimo de lucro que busca tratar a aquellos que no entran dentro del impulso investigador que marca el mercado. Lo público tiene, pues, aquí un papel clave.
¿Pero de qué enfermedades estamos hablando? Ejemplos serían la hepatitis C, el dengue o la enfermedad de Chagas, pero están también la leishmaniasis visceral y la cutánea, a malaria o la enfermedad del sueño. «En colaboración con nuestros socios, estamos trabajando en más de 40 proyectos que incluyen más de 20 nuevas entidades químicas y estamos llevando a cabo más de 20 ensayos clínicos», revela la entidad en su web.
No es larga su trayectoria, pero sí notables los éxitos cosechados. Ha desarrollado ocho tratamientos para pacientes desatendidos, el más reciente el fexinidazol, el primer tratamiento exclusivamente oral para la enfermedad del sueño. Además, tiene en mente desarrollar al menos una decena de tratamientos más hasta el año próximo.
Con sede en Ginebra y con oficinas regionales en Ciudad del Cabo, Kinshasa, Kuala Lumpur, Nairobi, Nueva Delhi, Nueva York, Río de Janeiro y Tokio, la organización tiene un firme empeño en hacer de la investigación de estos tratamientos un asuntos abierto y colaborativo. No quieren que los recursos e investigaciones de las farmacéuticas queden encerrados en archivos protegidos por las patentes. «Para acelerar la investigación en las primeras etapas y reducir los costos generales de I+D, la DNDi trabaja para que los involucrados en investigaciones puedan colaborar activamente, sin las restricciones de la propiedad intelectual, respaldando y coordinando una serie de iniciativas de innovación abierta», aseguran. Hay proyectos en marcha al respecto. Y más en las mentes de quienes buscan esa igualdad en el acceso a las medicinas que domina el mundo.
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