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EFE
Roma
Viernes, 10 de abril 2020, 19:20
El papa Francisco conmemoró este viernes la Pasión del Señor con una celebración en la Basílica de San Pedro del Vaticano en la que el predicador de la Casa Pontificia, Raniero Cantalamessa, afirmó que la pandemia del «coronavirus» ha despertado a la humanidad «del delirio ... de omnipotencia».
«La pandemia del coronavirus nos ha despertado bruscamente del peligro mayor que siempre han corrido los individuos y la humanidad: el del delirio de omnipotencia», dijo el predicador del papa en su homilía.
El acto comenzó con el papa Francisco tendido durante unos minutos orando ante el altar papal, bajo el que se cree que reposan los restos de San Pedro. Jorge Bergoglio asistió a la ceremonia vestido con paramentos rojos, sentado en un trono frente a la escultura de San Pedro y en silencio, sin pronunciar ninguna homilía, pues fue el predicador papal quien la ofreció.
Cantalamessa destacó que «ha bastado el más pequeño elemento de la naturaleza, un virus», para que la humanidad recordara que es mortal y que «la potencia militar y la tecnología no bastan» para salvarla. Señaló que la pandemia está dejando un fruto positivo, «el sentimiento de solidaridad» entre las personas, y pidió que no se pierda una vez se supere la emergencia a nivel mundial.
«El virus no conoce fronteras. En un instante ha derribado todas las barreras y las distinciones: de raza, de religión, de censo, de poder. No debemos volver atrás cuando este momento haya pasado», apuntó. «No hagamos que tanto dolor, tantos muertos, tanto compromiso heroico por parte de los agentes sanitarios hayan sido en vano. Esta es la 'recesión' que más debemos temer», añadió.
Animó a los jóvenes a rechazar «la trágica carrera de armamentos» para que el mundo destine «los ilimitados recursos empleados para las armas» a «la sanidad, higiene, la alimentación, la lucha contra la pobreza, el cuidado de lo creado». «Dejemos a la generación que venga un mundo más pobre de cosas y de dinero, si es necesario, pero más rico en humanidad», concluyó.
La Liturgia del Viernes Santo es la única del año en la que no hay consagración, pero sí comunión. Por la noche, Francisco presidió el Via Crucis, que representa el camino de Cristo a la cruz, pero este año lo hizo en la plaza de San Pedro y sin fieles, por la pandemia del coronavirus, y no en el Coliseo romano, como es tradición, por ser un símbolo de la persecución y del sufrimiento de los primeros cristianos.
La plaza de San Pedro ha sido completamente blindada a los fieles por la policía italiana, que ha realizado exhaustivos controles a todo aquel que se acercaba a las entradas. El sacerdote italiano, Marco Pozza, capellán de la cárcel de Padua que ha coordinado la elaboración de los textos de las meditaciones por parte de personas que tiene una conexión con la prisión, ha portado la cruz al principio del recorrido, informa Europa Press.
Un condenado a cadena perpetua, un sacerdote acusado falsamente de pederastia, la madre de un chico en prisión, un agente de policía penitenciario o una catequista son algunas de las personas que han escrito este año las reflexiones del Vía Crucis del Vaticano. El recorrido que ha vertebrado las 14 estaciones y que recuerdan las últimas horas terrenales de Cristo en la Tierra ha comenzado en torno al obelisco que se erige en el centro de la plaza de San Pedro y ha proseguido en mitad de la columnata de Bernini para desembocar en el patio de la Basílica de San Pedro.
En parte de las estaciones, los propios detenidos de la cárcel de Due Palazzi en Padua que han escrito parte de las meditaciones han portado la cruz. Entre los portadores también había médicos y enfermeros que están trabajando en primera línea de los hospitales de Italia asistiendo a pacientes afectados por el Covid-19.
El sábado 11 de abril, Francisco entrará en procesión a la Basílica de San Pedro a oscuras portando el cirio Pascual para celebrar la Vigilia Pascual y finalmente el 12 de abril, Domingo de Resurrección, presidirá la misa en la Plaza de San Pedro a las 10.15 horas, tras la cual dará al mundo entero la bendición 'Urbi et Orbi' al mediodía que solo se imparte sólo en Semana Santa, Navidad y tras la elección de un Pontífice. Sin embargo, el Papa impartió recientemente un bendición 'Urbi et Orbi' extraordinaria ante la situación que vive el mundo por la pandemia del coronavirus.
los sanitarios fallecidos por COVID-19 son como soldados «muertos en el frente»
202 palabras.
«Los médicos, enfermeros, enfermeras, hermanas, curas» que murieron combatiendo la pandemia del coronavirus son «muertos en el frente como soldados que dieron su vida por amor», declaró este viernes el papa Francisco a la cadena italiana Rai1.
El sumo pontífice considera que esas personas pasan a formar parte de los «crucificados de la Historia», según declaró, por teléfono, en un programa dedicado al Viernes Santo, en el que se conmemora la crucifixión y muerte de Jesús.
«Me siento cerca del pueblo de Dios, sobre todo de los que más sufren, de las víctimas de la pandemia, del dolor del mundo», declaró el papa argentino. Asimismo, afirmó tener en cuenta «la esperanza, que no quita el dolor, pero tampoco decepciona».
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