El Papa está «preocupado» ante la nueva ley de eutanasia española

«El Papa siempre está muy interesado por España y la conoce perfectamente. Sigue muy de cerca el dolor de la gente afectada por la covid-19, tanto en la salud como en el trabajo y en la escuela», dijo Omella, que aseguró que Jorge Mario Bergoglio sonrió cuando le invitaron a que viajara a nuestro país el año que viene. «Nos dijo que le encantaría volver a España», comentó, subrayando en particular la posibilidad de que acuda a Manresa, una localidad que no conoce y que tiene gran valor para un jesuita como Bergoglio, pues fue allí donde San Ignacio de Loyola completó su conversión tras ser herido en Pamplona. «Dijo que habrá que ver cómo evoluciona la pandemia y su misma salud. En eso hemos quedado, ojalá pueda venir», confió el arzobispo de Barcelona.

Uno de los temas candentes de la audiencia fue la nueva ley de eutanasia que está tramitando el Gobierno y que «preocupa» al Papa, según dijo Omella, asegurando que en esta cuestión no se trata sólo de si «morir o no morir dignamente». «Cuando a uno le quitan el dolor y siente la compañía de sus familiares y de profesionales, desea vivir», señaló. Otra cuestión de fricción entre la Iglesia y el Ejecutivo que estuvo presente en la conversación fue la conversión del Valle de los Caídos en un cementerio civil. La CEE está «dispuesta a ayudar», pero pide «diálogo» en ese ámbito. El arzobispo de Madrid destacó que puede tratarse de una oportunidad para «recuperar la fraternidad, la reconciliación y la paz».

Su homólogo de Barcelona apostó por su parte por «unir todas las fuerzas que tenemos en España para avanzar» por el camino de la unidad frente a las «heridas muy fuertes» provocadas por la covid-19. «Partidos políticos, representantes del Gobierno, asociaciones, instituciones civiles, sindicatos y la misma iglesia tenemos que trabajar conjuntamente para afrontar todos los problemas», insistió Omella.

La reunión de la cúpula de la CEE con el Papa se produce tres meses después de que Francisco recibiera a una delegación del Ayuntamiento de Manresa, que promovía la visita a esta localidad de Cataluña con motivo del Año Ignaciano. En aquel encuentro el primer teniente de alcalde manresano aprovechó para entregarle a Francisco un libro de Oriol Junqueras, exvicepresidente de la Generalitat encarcelado por sedición. Al ser preguntado por si habían hablado con Bergoglio de Junqueras, Omella respondió que no trataron situaciones particulares, aunque sí afrontaron la crisis política catalana.

«El Papa quiere la paz, la concordia, la unión de todas las regiones y de todos los países. Habla de la Unión Europea y de todos los países, seguro que por ahí tenemos que ir siempre, en el respeto de las leyes y de las personas. Por ahí iba el diálogo», comentó el arzobispo de Barcelona. Destacó que a Bergoglio «le duelen Líbano y España», como también ocurre con «cualquier otro rincón del mundo».

Además de la audiencia de este sábado, Omella y Osoro también fueron recibidos por el Papa el pasado jueves, una reunión «más informal y personal» que tuvo lugar en la Casa Santa Marta, la residencia vaticana donde vive Francisco.