El Papa institucionaliza la presencia de las mujeres en el altar

«Los ministerios laicales, al estar basados sobre el sacramento del bautismo, pueden ser confiados a todos los fieles que resulten idóneos, de sexo masculino o femenino», escribió Jorge Mario Bergoglio en este nuevo texto magisterial, que lleva por título 'Spiritus Domini'. El documento responde a la necesidad de «profundizar» en esta cuestión, como se planteó en varios Sínodos de los Obispos, llegando así a un «desarrollo doctrinal» que distingue los ministerios para los que es necesaria la ordenación sacerdotal de los que solo precisan del bautismo.

Junto al 'motu proprio', el Vaticano publicó una carta en la que el Papa justificó las razones teológicas de esta decisión, que convierte en ley una práctica ya autorizada por los obispos en sus diócesis desde hace años. Angelo Lameri, profesor de la Pontificia Universidad Lateranense, explicó que en 1992 el Pontificio Consejo para los Textos Legislativos, en una aclaración sobre la aplicación del Código de Derecho Canónico, precisó que los hombres y mujeres laicos podían asumir «el servicio al altar» de manera «temporal». No obstante, hasta ahora no existía un verdadero mandato institucional para ello.

Francisco afirmó en su misiva que tras el Concilio Vaticano II resulta cada vez «más urgente» la necesidad de «redescubrir la corresponsabilidad» de todos los bautizados, particularmente de los laicos. También recordó el documento final del Sínodo sobre la Amazonia, celebrado en 2019, en el que se señala igualmente la «urgencia» de «conferir ministerios» tanto a los hombres como a las mujeres laicos y de «promover la conciencia de la dignidad bautismal».

En aquella asamblea, que analizó la presencia de la Iglesia en ese gigantesco territorio, en el que hay comunidades que solo reciben una visita anual de un sacerdote, se reafirmó la necesidad de dar mayor protagonismo eclesial a las mujeres. El documento final del Sínodo pidió el acceso femenino a los ministerios del lectorado y el acolitado, así como la aprobación de un ministerio instituido para «la mujer dirigente de la comunidad».

En su carta, dirigida al cardenal Luis Ladaria, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el Papa recordó además la aspiración de una parte de los católicos para que se permita el sacerdocio femenino pero subrayó, una vez más, que esa puerta está cerrada. Lo hizo citando la firme posición de san Juan Pablo II al respecto en 1994: «La Iglesia no tiene de ninguna manera la facultad de conferir a las mujeres la ordenación sacerdotal».

En cambio, con los ministerios no ordenados, como ocurre con el lectorado y el acolitado, «es posible y hoy parece oportuno superar la reserva», escribió Jorge Mario Bergoglio, que no contempla por el momento cambios respecto a otra vieja exigencia de muchas fieles como es el diaconado femenino, también exigido en el Sínodo de la Amazonía.

El Pontífice creó en 2016 una comisión de expertos para estudiar esta cuestión de cara a una posible aprobación, pero la cerró dos años después sin que se alcanzara ninguna conclusión definitiva. En abril de 2020 instituyó un nuevo grupo de trabajo sobre el diaconado femenino pero, hasta ahora, no se conocen avances de su labor.