Borrar
El Papa, durante su visita al Congo EFE
El Papa pide a «los que manejan los hilos» que acaben con la «depredación» del Congo

El Papa pide a «los que manejan los hilos» que acaben con la «depredación» del Congo

Durante su primera misa de esta gira africana y ante más de un millón de fieles en Kinsasa, Francisco invita a superar «las diferencias étnicas y sociales»

Darío Menor

Miércoles, 1 de febrero 2023, 19:12

El Papa Francisco se dio este miércoles su primer baño de multitudes durante su viaje a la República Democrática del Congo (RDC) durante la misa que presidió en la capital, Kinsasa, ante más de un millón de fieles, que esperaron durante horas para poder acceder ... a la explanada del aeropuerto N'dolo donde tuvo lugar la ceremonia. En una Eucaristía marcada por los bailes y la música tradicionales congoleñas, Jorge Mario Bergoglio tuvo muy presente la situación de inestabilidad política y social que vive este gigantesco país africano de 105 millones de habitantes, de los que alrededor de la mitad son católicos.

Precisamente durante su homilía, el Pontífice apeló a esa identidad religiosa para tratar de superar las divisiones y profundas desigualdades que lastran el desarrollo y la convivencia en la RDC. «Los cristianos estamos llamados a colaborar con todos, a romper el ciclo de la violencia, a desmantelar las tramas del odio», dijo, invitando a dejar a un lado «las diferencias étnicas, regionales, sociales y religiosas». También se refirió indirectamente al conflicto armado que desangra la zona de Goma, al noreste del país, donde opera el grupo guerrillero rebelde M23, apoyado por la vecina Ruanda: «Para ti, que en este país te dices cristiano, pero cometes actos de violencia; a ti el Señor te dice: 'Deja las armas, abraza la misericordia'».

Francisco conoció de primera mano las consecuencias de la violencia en la región oriental de la RDC, donde el año pasado fue asesinado el embajador italiano, Luca Attanasio, al escuchar el testimonio de varios desplazados internos. En un emotivo encuentro con víctimas en la sede de la nunciatura apostólica (embajada de la Santa Sede) en Kinsasa, Bergoglio denunció el «escándalo y la hipocresía» de que en aquella región «la gente sea agredida y asesinada, mientras los negocios que causan violencia y muerte siguen prosperando». Por ello pidió a quienes «manejan los hilos» en el país, «depredándolo, flagelándolo y desestabilizándolo», que pongan fin al «enriquecimiento por medio de la explotación ilegal», responsable del «sacrificio cruento de víctimas inocentes».

Entre ellas estaba Ladislas Kambale Kombi, un chaval de 16 años originario de Eringeti, una localidad de la zona oriental de la RDC cercana a la frontera con Uganda. «Soy el segundo de mi familia. A mi hermano mayor lo mataron en circunstancias que aún hoy no conocemos. A mi padre lo asesinaron unos hombres con uniforme militar y, desde mi escondite, vi como lo partían en trozos y luego le cortaban la cabeza, que pusieron en un cesto. Al final se llevaron a mi madre, que nunca volvió y no sabemos qué hicieron con ella. Nos quedamos huérfanos mis dos hermanitas y yo», contó Ladislas.

El Pontífice permanecerá en la RDC hasta el viernes, cuando proseguirá su gira africana en Sudán del Sur, el país más joven del mundo tras alcanzar su independencia en 2011 al separarse de Sudán. Es también una de las naciones más pobres del planeta. A su llegada este martes a Kinsasa, el Papa dejó una advertencia a las grandes potencias y multinacionales sobre la necesidad de acabar con la depredación de los grandes recursos del continente africano. «No toquen la República Democrática del Congo, no toquen África. Dejen de asfixiarla, porque África no es una mina que explotar ni una tierra que saquear. Que África sea protagonista de su propio destino», pidió.

Esta gira africana estaba en principio prevista para julio del año pasado, pero tuvo que retrasarse debido a los problemas de movilidad de Bergoglio por sus fuertes dolores en una rodilla. Aunque todavía no está del todo recuperado y tiene que utilizar una silla de ruedas para desplazarse, no ha querido dejar de visitar estas dos naciones que encajan a la perfección en su ambición por brindar mayor visibilidad a los territorios periféricos y habitualmente olvidados. «¡Alegría! La alegría de verlos y encontrarlos es grande. He anhelado mucho este momento, ¡gracias por estar aquí!», fueron precisamente las primeras palabras de su homilía durante la multitudinaria misa de este miércoles en Kinsasa.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

leonoticias El Papa pide a «los que manejan los hilos» que acaben con la «depredación» del Congo