El Papa aparta a la Secretaría de Estado de la gestión de fondos tras los últimos escándalos

Francisco transfiere sus inversiones y patrimonio al APSA y ordena que se venda lo antes posible un polémico edificio en Londres para eliminar «todos los riesgos reputacionales»

Darío Menor

Roma

Jueves, 5 de noviembre 2020, 15:25

El Papa deja a la Secretaría de Estado de la Santa Sede sin el control de los fondos financieros y del patrimonio inmobiliario que gestionaba hasta ahora, entre ellos la polémica inversión en un edificio de un lujoso barrio de Londres, que Francisco espera ... que se venda lo antes posible para eliminar así «todos los riesgos reputacionales». Esta decisión limita el poder de la Secretaría de Estado, que se mantiene no obstante como el más importante de los dicasterios de la Curia romana, y llega después de que salieran a la luz los episodios de corrupción e inversiones ruinosas realizadas durante años con sus opacos fondos. Entre ellos estaba el Óbolo de San Pedro, que recoge las donaciones que los fieles hacen al Papa para sufragar obras de caridad y el mantenimiento de la Iglesia.

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En busca de una gestión «más evangélica, transparente y eficiente», el Pontífice transfiere todos estos bienes a la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA), el organismo encargado de gestionar las propiedades inmobiliarias de la Santa Sede. Se trata de unas 2.400 viviendas, localizadas en su mayoría en Roma y en Castel Gandolfo, y de alrededor de 600 bajos comerciales y oficinas. Considerada la «caja fuerte» del Vaticano, APSA paga los sueldos de los empleados de la Curia romana.

La oficina de prensa de la Santa Sede publicó este jueves una carta del Pontífice del pasado 25 de agosto en la que explica al secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin, la retirada de la gestión de sus fondos. Es una decisión que Francisco enmarca dentro de su proyecto para lograr una «mejor organización» de las actividades económicas y financieras da la Curia romana. También informó el Vaticano de una reunión en la tarde de este miércoles en la que se constituyó una comisión destinada a gestionar la transferencia a APSA de los fondos y del patrimonio que controlaba la Secretaría de Estado.

De este grupo de trabajo, que deberá completar su labor en tres meses, forma parte el jesuita español Juan Antonio Guerrero, prefecto de la Secretaría para la Economía. Este 'ministerio' se encargará de la revisión y control de los bienes con que contaba la Secretaría de Estado, que serán a partir de ahora incluidos en los balances de la Curia romana. El dicasterio dirigido por el cardenal Parolin no tendrá ya competencias de control financiero sobre ningún organismo vaticano, advierte el Papa en su misiva, en la que abre la puerta además a eliminar la oficina administrativa de la Secretaría de Estado.

Dicha oficina ha estado en el centro de los últimos escándalos económicos que sacudieron el Vaticano, comenzando por la ruinosa compra del citado edificio de Londres, una operación calificada de «opaca» incluso por el propio Parolin. La Fiscalía del minúsculo Estado investiga aquella millonaria inversión, que se realizó cuando Angelo Becciu ocupaba el importante puesto de sustituto de la Secretaría de Estado, el cargo desde el que se gestionan los fondos. Junto a Becciu también están siendo indagados otros antiguos altos funcionarios vaticanos que participaron en la operación.

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En una decisión tan inesperada como insólita, el Papa pidió el pasado 24 de septiembre a Becciu que renunciara a sus derechos como purpurado y a su cargo como prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, el puesto para el que le había nombrado en 2018, creándole además cardenal. Según explicó el propio Becciu, Francisco le justificó su cese porque había perdido la confianza en él. A principios de octubre, Guerrero reconoció que el Vaticano había sido «estafado» y «mal aconsejado» en algunas de sus inversiones.

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