El chupinazo abre las fiestas de San Fermín

A pesar de todos los augurios y polémicas que han rodeado los días previos al comienzo de las fiestas, el de hoy ha sido uno de los Chupinazos más tranquilos y menos polémicos de los últimos años. Tan sólo un puzzle de pancartas con reivindicaciones abertzales ha cubierto parte de la plaza Consistorial. El resto, un mar de pañuelos rojos que ondeando al viento pedían que se lanzara el cohete bajo el grito de San Fermín San Fermín.

No han tenido éxito los llamamientos a teñir de negro el Chupinazo. Las pamplonesas y pamploneses, y los cientos de miles de personas que se han acercado hoy a la capital navarra, han preferido mantener la tradición y todos se han vestido con la ropa blanca y la faja y pañuelico rojos.

Eso sí, no han faltado las manos rojas en forma de pin que simboliza la solidaridad con las agresiones sexistas y el apoyo a todo aquel que la pueda sufrir. Un símbolo que lleva en las calles de Pamplona desde hace ya años, desde antes del detestable día en que a los integrantes de la denominada Manada se les ocurriera acudir a Sanfermines.

La música, la alegría y la diversión predomina ya en las calles que desde el momento del Chupinazo se han extendido ya por las calles del centro de la ciudad. Se inician así 204 horas de fiesta continua en las que sólo el Ayuntamiento ha programado casi medio millas de actos, uno cada media hora. Entre ellos destacan como cada año, los encierros de toros que todos los días, a las 8 de la mañana recorrerán los 850 metros de recorrido hasta la plaza de toros, donde por la tarde se celebrará la corrida de toros.