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La nueva normalidad llega a las calles y carreteras en forma de un incremento, de momento contenido, de los niveles de tráfico, lo que está aún muy lejos de los niveles de las mismas fechas del año pasado. Sin embargo, desde la Dirección General de ... Tráfico (DGT) se apela a los responsables de las distintas administraciones para incrementar la oferta de transporte público y así evitar la vuelta a los embotellamientos y a las alertas por los altos niveles de contaminación.
Los datos hablan todavía de forma relativa. El ultimo fin de semana con el estado de alarma vigente se ha saldado con tres fallecidos en las carreteras -cuatro si se suma un ciclista muerto en la tarde noche del domingo-. Y es que este domingo se levantaban todas las barreras al tráfico rodado a lo largo y ancho del país.
Según los datos facilitados por la DGT, el domingo se registró un volumen del 81,5% inferior a lo normal antes del estado de alarma. También se incremento la circulación en los accesos a las ciudades hasta un 80% de lo habitual y 78% en las zonas urbanas.
Ya este lunes la avalancha de coches era notable en los accesos a Madrid, pero en la hora punta el volumen de tráfico solo era un 10% mayor de lo registrado hace una semana y representaba el 75% de las cifras de hace un año. Según las mismas fuentes, esto podría estar debido a que son muchos los ciudadanos que continúan teletrabajando en sus hogares.
El máximo responsable de la DGT, Pere Navarro, viene apelando a dejar el coche particular aparcado y apostar por los transportes públicos, compartidos o de movilidad personal para desplazarse por las ciudades. «Si algo positivo se puede extraer de la pandemia del coronavirus, es que las ciudades pueden ser más humanas, más sostenibles y más limpias y que una vuelta a la congestión, al tráfico y a la contaminación sólo nos puede suponer como sociedad, más enfermedades y a largo plazo más muertes», afirma
Pero Navarro también recuerda que las ciudades «se han convertido en motores económicos, pero solo aquellas que mantengan un equilibrio entre la actividad económica y la sostenibilidad serán competitivas». «Para ello, administraciones, empresas y ciudadanos tenemos que hacer un trabajo conjunto y éste puede empezar por algo tan simple como es aplanar la demanda del transporte público y privado en horas punta», concluye.
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