Un niño de 2 años recibe un disparo de perdigón en la cara en Málaga

Ni el crío ni su hermano de 10 años, que se encontraba con él dentro del parque infantil, pudieron ver quién hizo el disparo, ni siquiera desde dónde, según detallaron fuentes cercanas al caso.

El menor fue trasladado al Hospital Materno Infantil para ser asistido, ya que el perdigón se le quedó incrustado en la cara. Según las fuentes consultadas, los médicos tuvieron que esperar a que bajara la inflamación de la zona para poder extraérselo.

La Unidad contra la Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Policía Nacional abrió una investigación para intentar identificar al autor del disparo, pero las pesquisas no dieron resultado.

El atestado, no obstante, se remitió al Juzgado de Instrucción número 4 de Málaga y también a la Fiscalía de Menores. Fuentes judiciales precisaron que, según testigos, en la barriada hay menores que se dedican a cazar pájaros con escopetas de perdigones.

Desde el Ministerio Público han mostrado su preocupación por la presencia de este tipo de armas en manos de adolescentes y el peligro que ello entraña, ya que el pequeño no resultó herido en un ojo por centímetros y ahora sufre la secuela estética del impacto.

La Fiscalía está recopilando otros casos ocurridos en Málaga en los últimos años, como por ejemplo el del menor identificado en 2019 en Huelin por disparar a niños de un campamento de verano que se desarrollaba en el colegio Eduardo Ocón.

El adolescente, que resultó ser inimputable (tenía menos de 14 años), utilizó una escopeta de aire comprimido con la que alcanzó -desde su casa- a seis niños y a dos monitores, aunque ninguno de ellos resultó herido grave.

En 2016, otro menor, en este caso de 15 años, fue imputado en Torremolinos por causar lesiones a dos mujeres a las que supuestamente disparó desde su casa con un rifle de aire comprimido cargado con balines. Las víctimas, de 17 y 65 años, tuvieron que ser asistidas en un hospital por las heridas.