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Isaac Asenjo
Madrid
Jueves, 4 de julio 2019, 12:41
«Dos cosas son infinitas: la estupidez humana y el universo». De lo segundo dijo no estar seguro Albert Einstein, célebre físico alemán que se tiraría de los pelos en esta época de 'selfies' y 'postureo' en la que la sensatez escasea. Entiéndase como estupidez ... aquella «torpeza notable en comprender las cosas». Y parece que algunos humanos nunca entenderán cúanto vale la vida y continúan arriesgando sus días por un puñado de likes.
Este mismo miércoles, un hombre ha fallecido y otro ha resultado herido al caer desde una altura aproximada de entre seis y diez metros en Orihuela (Alicante) «al querer hacerse una foto», según informaron fuentes de la Guardia Civil. Ambos de nacionalidad británica y de entre 20 y 30 años. Los dos cumplirían el estereotipo o retrato robot del perfil de este tipo de víctima, según un estudio llevado a cabo por investigadores de algunas universidades turcas. El perfil de las víctimas sería el de un usuario muy joven. La edad media de los que perdieron la vida es de 23 años. Generalmente, se trata de estudiantes de bachillerato o universidad (52,8%). El estudio también concluye que la mayoría de víctimas de muertes por selfies son turistas, tanto nacionales como internacionales, y eso se explicaría por el hecho de que este tipo de instantáneas se toman más mientras se está de viaje. Conseguir la imagen perfecta para impresionar en redes sociales se está yendo de las manos.
La investigación también analiza otros aspectos, como los lugares en los que se han producido estos sucesos. En su mayoría han acontecido fuera de la ciudad (57,7%). Los entornos con peores consecuencias para las autofotos han sido la naturaleza o el medio ambiente (43,2%), las vías del tren y estructuras ferroviarias (19,9%) y edificios o construcciones (15,3%). Por detrás están las carreteras y puentes (10,8%), las presas (6,3%) y los campos y granjas (3,6%).
Asimismo, la causa más frecuente de muerte o daños físicos por una autofoto sería una caída desde las alturas (28 incidentes) y después una caída al agua (19). En tercer lugar, estaría el atropello de un tren (13) y en cuarto y en quinto, respectivamente, una herida de bala y el ser arrastrado por el fuerte oleaje (ambos con 11 casos). Por lo general, los siniestrados pierden la vida en la escena del accidente, no a posteriori. Así ocurrió en un 72,3% de los casos analizados. El mayor factor de riesgo es la exhibición de comportamientos peligrosos para uno mismo y los demás (el 55% de los accidentes se debe a este aspecto).
El año pasado, investigadores del Instituto de Ciencias Médicas All India (AIIMS) publicaron en la revista 'Journal of Family Medicine and Primary Care' un estudio que cuantificaba las muertes accidentales provocadas por la realización de 'selfies' de forma imprudente.
Para ello, rastrearon y analizaron las noticias sobre muertes por selfies que habían ocurrido en el mundo desde octubre de 2011 hasta noviembre de 2017. ¿El resultado? Como mínimo 259 personas en todo el mundo habían muerto mientras tomaban selfies en situaciones de peligro. En muchos de los casos no solo falleció la persona que llevaba el teléfono móvil en la mano, sino también sus acompañantes. En España perdieron la vida en estas circunstancias cuatro personas durante los seis años que comprende el estudio.
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