Estos son los 'milmillonarios' chinos que están conquistando el mundo con sus empresas

Una elite económica claramente conectada con la esfera política china se ha enriquecido al calor del crecimiento económico y de la expansión de la clase media en la segunda potencia mundial. Y es muy nutrida: 895 ciudadanos del gigante asiático amasan una fortuna superior a los mil millones de dólares, según el informe anual del Instituto Hurun. Es un número que supone un salto de gigante si se tiene en cuenta que hasta 2000 nadie rebasaba ese listón, y ya representa un 30% más del que alberga Estados Unidos -691-. Juntas, las dos superpotencias suman más de la mitad de todos los milmillonarios del mundo, que ya son 3.112.

Los últimos datos confirman que el gigante asiático ensancha la diferencia con la superpotencia americana en esta variable, aunque los más adinerados al otro lado del Océano Pacífico siguen amasando fortunas mucho más abultadas. Ningún chino se acerca a los 251.000 millones de dólares que Forbes atribuye al empresario Elon Musk. De hecho, quien lidera la lista en Oriente con algo más de 60.000 millones, Zhong Shanshan, solo aparecería en el decimoquinto puesto del ranking americano.

Además, los milmillonarios no pasan por su mejor momento en China. Su número ha caído en los dos últimos años como consecuencia de la crisis provocada por el Covid. Este año son 51 menos que en 2022, y 290 menos que hace dos años, cuando alcanzó su cima. El mayor batacazo se lo han llevado los adalides del ladrillo debido a la crisis que vive el sector inmobiliario. Uno de los más afectados ha sido el mandamás de Wanda, Wang Jianlin, que ha perdido nada menos que 7.300 millones en el último año.

Por su parte, Xu Jiayin, fundador de la empresa que ha protagonizado el mayor batacazo en la construcción china, Evergrande, llegó a ser la persona más adinerada del país y ahora entra en la lista por los pelos, «gracias a los dividendos recibidos en años pasados». Curiosamente, entre quienes más han visto menguar su fortuna se encuentran también cuatro empresarios del sector fotovoltaico, que goza de una buena salud gracias al impulso que está recibiendo en todo el mundo la transición energética.

Pero hay 115 caras nuevas, y los analistas de Hurun vaticinan que en los próximos años continuará engordando una lista que refleja bien la mayor diversidad económica de China. Porque, mientras en Estados Unidos siete de los diez hombres más ricos han hecho fortuna gracias a empresas tecnológicas, en China ese número se queda en cuatro. Y en la lista hay espacio para quienes trabajan en el sector alimentario, el de la automoción, los electrodomésticos o elementos clave para la transición energética como las baterías. Eso sí, uno de los datos más llamativos está en que no hay ninguna mujer en el 'top 10' de ninguna superpotencia.

En el caso de la lista china, un 25,4% de los nombres son de mujer, pero su fortuna es muy inferior a la de ellos y hay que bajar hasta el puesto 46 para encontrar a la primera. Es la hongonesa de 94 años Kwong Siu-hing, que maneja activos por valor de 9.920 millones de dólares, fruto de su trabajo al frente de la inmobiliaria Sun Hung Kai Properties.

La radiografía del magnate chino medio da como resultado un hombre de más de 50 años que reside en Pekín, tiene contacto estrecho con el Partido Comunista, y lidera una empresa en el sector industrial o manufacturero. Sin embargo, como sucede en Estados Unidos, los responsables de las grandes tecnológicas son quienes copan los primeros puestos del ranking y aupan a Shenzhen, principal centro de innovación del país, al segundo puesto de las ciudades con más milmillonarios.

La lista Hurun está compuesta por 1.241 chinos que suman una fortuna de 3,2 billones de dólares, un 40% más que hace solo un lustro. Pero el dinero no sirve para solucionar todos los problemas: Wang Zhenhua está en prisión y Xu Jiayin investigado.

Estos son algunos de los perfiles más interesantes del 'top 10' de las listas de Hurun y Forbes.

En China el agua del grifo no se puede beber. Y Zhong Shanshan le ha sacado a esa carencia un rédito sorprendente. Porque la fortuna del hombre que lleva tres años consecutivos como el más acaudalado de China procede de embotellar agua potable. Concretamente, la que se vende con la etiqueta de Nongfu Spring, una empresa que cotiza en la bolsa de Hong Kong. Su éxito resulta aún más chocante si se tiene en cuenta que Zhong abandonó la escuela primaria durante la Revolución Cultural, retomó su formación años más tarde para convertirse en periodista, y acabó viendo mejores salidas laborales primero como representante de una empresa de bebidas y después como emprendedor. Ahora también controla una empresa de biotecnología, Wantai, que se benefició del covid produciendo tests de antígenos. A punto de arrancar la setentena, ha dejado ya bien atado su relevo: será su hijo, Zhong Shuzi, quien gestione la empresa y los 63.400 millones de dólares que amasa.

Si en Estados Unidos existe el mito del empresario que funda su futuro unicornio en el garaje, los chinos tienen a gala hacerlo en un piso cutre. Sobre todo los que se dedican a la tecnología. Un buen ejemplo es Jack Ma, que en 1999 cambió el mundo con el gigante del comercio electrónico Alibaba. Este siglo, posiblemente sea Zhang Yiming quien más influencia vaya a tener con una compañía nacida de esta manera, porque en 2012 fundó Bytedance en su piso y de ahí surgió TikTok. Zhang ya no controla la empresa porque se ha visto envuelto en ciertas polémicas relacionadas con el gobierno chino y tuvo que soltar el timón, pero el dinero sigue a buen recaudo. No obstante, con su red social en la diana de muchos gobiernos, será mejor que haga caja cuanto antes, porque las fortunas que se hacen a toda velocidad tienden a desaparecer de la misma forma, y Zhang todavía tiene solo 40 años.

Varias empresas de comercio electrónico chinas se han propuesto conquistar el mundo haciéndole sombra a Alibaba, y Pinduoduo es una de las más exitosas. Suma más de 750 millones de usuarios en China y la plataforma de 'comercio social' le ha reportado a su fundador, Colin Huang, más de 51.000 millones de dólares. Es la fortuna que más ha crecido en el último año, y puede que solo sea el comienzo, porque este emprendedor formado en China y Estados Unidos ha dado el salto con Temu, que se encuentra ya entre las aplicaciones más descargadas de la superpotencia americana, para competir en todo el planeta con Aliexpress y Shein. «Aprendí a gestionar una empresa y acepté el estatus de rico antes de hacerme rico», afirmó en una ocasión Huang, otro de los pocos cuarentones de la lista de los más acaudalados.

La transición energética se ha convertido en un gran negocio para multitud de empresas chinas que fabrican los elementos clave para culminarla, desde placas fotovoltaicas hasta aerogeneradores. Robin Zeng ha hecho su fortuna con las baterías, un sector en el que China no tiene parangón. Zeng es uno de los milmillonarios mejor formados, con un doctorado en Física por la Academia de Ciencias del gigante asiático, y, aunque es técnicamente ciudadano de Hong Kong, vive en la provincia de Fujian. Su empresa acaba de cerrar un gran acuerdo de colaboración con Ford para abrir una fábrica en Michigan, donde empleará a unas 2.500 personas. Zeng demuestra así que la tortilla ha dado la vuelta: ahora son las empresas chinas las que invierten en el extranjero y llevan allí sus avances tecnológicos.

Si Estados Unidos tiene a Elon Musk, China ha alumbrado a Wang Chuanfu. Es una de esas fascinantes figuras del emprendimiento que han triunfado contra viento y marea. Nació en una de las zonas más depauperadas del país y quedó huérfano a una temprana edad. Así que fueron sus dos hermanos mayores quienes lo criaron. Y, a juzgar por el resultado, lo hicieron mejor que muchos padres, porque Wang logró llegar a la universidad y desarrollar novedosas tecnologías para fabricar baterías. Precisamente, ese es el elemento que ha convertido a su empresa, BYD, en la principal marca de vehículos eléctricos del mundo, con una cuota de mercado del 21% que le pone por encima incluso de Tesla. Ahora habrá que ver si sus magníficos resultados en la exportación de vehículos no provocan demasiadas suspicacias que le acaban cerrando las puertas de Europa y Estados Unidos.