Representantes de los colectivos trans en la plaza Pedro Zerolo, en Madrid, tras la reunión con el Gobierno. R. C.

La federación LGTB propone al PSOE suavizar y fusionar la ‘ley trans’

Para desbloquear el debate, aceptan que hasta los 12 años sólo se pueda cambiar de nombre, y no de sexo, pero la Plataforma Trans se opone

Lunes, 7 de junio 2021, 13:20

La histórica Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales (FELGTB) se reunió con los «jefes de Gabinete» de Carmen Calvo para «desbloquear» la legislación que debe proteger al colectivo trans. Junto a la Fundación Triángulo y Chrysallis «aceptaron» algunas propuestas que suavizan la ‘ley ... trans’ del Ministerio de Igualdad, sobre todo en cuanto al cambio de sexo de los menores, abren la puerta a fusionarla con la ley LGTB del PSOE. «La ley debe reconocer que podemos rectificar sin tutelas el error del Estado que nos asignó como hombres y mujeres», explica Uge Sangil, presidenta de FELGTB.

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Aunque «no cedemos en la libre determinación del sexo ni siquiera en los menores», afirma Sangil, sí que se ha matizado este punto conflictivo, estableciendo «dos franjas» de edad. «Con más de 12 años se podrá solicitar el cambio registral acompañado de los padres o tutores, y por debajo de 12 se podrá solicitar el cambio de nombre», explica Ana Valenzuela, presidenta de Chrysallis, la asociación de familias con personas trans. En el borrador de Igualdad no había distinción y los menores de cualquier edad podían elegir su sexo, pero en esta nueva propuesta los menores de 12 sólo podrán cambiar de nombre, no de sexo.

La «libre autodeterminación» de los niños y las niñas, abierta como estaba, era uno de los focos de mayor fricción de la ‘ley trans’, que ahora quedaría prácticamente anulada con la necesidad de contar con la venia familiar o con la restricción para menores de 12 años. «La propuesta que nos hacía Justicia era que el cambio registral fuera a partir de los 14 y nosotros defendemos que, a partir de los 12, los menores trans puedan solicitarlo acompañados de sus familias o tutores legales», remarca FELGTB en un mensaje defendiendo su posición. «No estamos restando, estamos sumando».

Esta federación también reclama que los cambios en los registros no demoren más de tres meses desde el momento en que se acude por primera vez y la recogida del documento con el cambio de nombre y sexo. «Ahora dura hasta tres años desde la cita médica, el tratamiento hormonal, el certificado psicológico, el trámite en el registro civil y la recogida», dicen.

Sin embargo, no hay consenso dentro de las filas de los colectivos trans y desde la Federación Plataforma Trans critican el paso dado por la FELGTB de acercarse al sector del PSOE que ha enfriado la ‘ley trans’. Por una parte, no consideran legítimo que se reunieran en representación de las personas trans sin contar con ellas y, por otra, no apoyan los cambios propuestos.

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Usurpación y violencia

«Nos parece un acto de usurpación y violencia que colectivos que no nos representan hablen en nombre de las personas trans», reclama Mar Cambrollé, presidenta de la Plataforma Trans. «Si estamos hablando de una ley que va a modificar nuestras vidas, ¿no tenemos que ser nosotras las que hablemos? Es para lavarle la cara a Carmen Calvo. La autodeterminación no puede tener condiciones, incluidos los menores. Sí, representados por los padres pero sin límite de edad».

La FELGTB, junto a la Fundación Triángulo y Chrysallis, ha asegurado que están dispuestos a «hacer cesiones, sentarse y hablarlo», mantiene Sangil. Entre esas concesiones estaría la fusión de la ‘ley trans’, abanderada por Podemos, con la ley LGTBi del PSOE. «El Gobierno necesitaba garantizar la vía jurídica», justifica Sangil sobre la desestimación de la ley promovida por Irene Montero. «¿Qué haríamos si el Gobierno decide integrar la ‘ley trans’ con la ley LGTBi? No nos opondríamos», afirma Valenzuela.

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Desde la FELGTB se busca el cambio de dirección y de momento sólo le han dejado el recado a Calvo. Pero tampoco en este aspecto cuentan con el respaldo de las demás organizaciones. «Nos oponemos a que las personas trans estemos legisladas dentro de una ley amplia o que la ‘ley trans’ se integre en otra», prosigue Cambrollé. «No queremos una ley fusionada porque sólo nosotras sufrimos una discriminación estructural y la mayor exclusión laboral, y sólo nosotras, y no los demás, nos enfrentamos al cambio de nombre y necesitamos atención sanitaria para nuestros tratamientos hormonales».

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