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Olaya Suárez
Gijón
Lunes, 7 de noviembre 2022, 09:37
Noemí Martínez Largo será juzgada por un jurado popular por el asesinato de su hija Olivia. La mujer, de 48 años, podría afrontar la máxima condena recogida en el Código Penal: la prisión permanente revisable.
El ordenamiento jurídico recoge el jurado popular para todos los ... juicios por asesinato y la pena de prisión permanente revisable para delitos de especialidad gravedad en los que se cumpla algún requisito que en el caso del crimen de la niña sí se contemplan: que la víctima sea menor de 16 años y que tenga una especial vulnerabilidad.
Uno de los pasos cruciales que se dará en la fase de instrucción que arrancó la madrugada del lunes 31 de octubre con el hallazgo del cadáver de la pequeña será la evaluación de la acusada por parte de los psiquiatras forenses. Serán ellos los que determinen el estado en el que se encuentra, aunque a priori, el médico que le trataba con anterioridad a que, presuntamente cometiese el crimen, le había recetado tranquilizantes por un cuadro leve de ansiedad. También así queda recogido en los informes que se aportaron al juicio por la custodia de la pequeña, que le fue entregada a su padre un día antes de que, presuntamente, Noemí le introdujese en una taza con cacao y leche un cóctel mortal de tranquilizantes y analgésicos. Al parecer, habría utilizado la misma medicación que le habían recetado a ella para acabar con la vida de su hija de seis años.
Mientras la mujer se encuentra en calidad de presa preventiva en la cárcel de Asturias, la titular del juzgado de Instrucción número 1 de Gijón, Carolina Montero, citará a declarar a testigos para contextualizar el asesinato y determinar si quiso poner fin a la vida de la pequeña para no tener que entregar la custodia a su exmarido, como así apuntan los primeros indicios y la investigación realizada por los agentes de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV).
La propia acusada deberá también volver a comparecer ante la jueza dentro de unas semanas. Noemí Martínez Largo se acogió a su derecho a no declarar en la Comisaría y también el miércoles, cuando pasó a disposición judicial. Las pruebas e indicios recogidos hasta el momento fueron suficientes para que la jueza, a petición de la fiscalía y la acusación particular, decidiese enviar a la acusada al centro penitenciario de Asturias. El juicio no llegará hasta dentro de dos años, un plazo aproximado para las investigaciones judiciales para los delitos gravedad como es este.
Hasta el momento en Gijón la única condena de prisión permanente revisable ha recaído en Silvia Acebal, la madre que en agosto de 2019 alumbró sola a un niño en su piso de Nuevo Roces para a continuación matarlo de casi treinta cuchilladas. Se intentó deshacer del pequeño cuerpo introduciéndolo en una mochila y arrojándolo a un contenedor ubicado justo frente a su casa. También ella fue juzgada por un jurado popular en la Sección Octava de la Audiencia Provincial de Asturias, con sede en Gijón.
En el procedimiento por el crimen de Olivia García Martínez podría personarse la Abogacía del Estado, una figura que también se personó en el juicio por el bebé de Nuevo Roces y que vela por el interés público, en este caso el derecho de un menor de edad a la vida y la integridad física.
El cadáver de la niña fue localizado por la Policía Nacional en el piso en el que vivía desde el verano junto a su madre en la avenida de Gaspar García Laviana después de que su tío materno alertase a los servicios de emergencia muy preocupado. Su hermana Noemí le había enviado un mensaje al teléfono al teléfono móvil: «Antes de dársela a él, la mato», tal y como desveló 'El Comercio'. Sabía que acababa de perder la custodia en favor de su exmarido y que la niña debía de regresar a Segovia.
Los agentes se personaron en el inmueble, pero no obtuvieron respuesta a las llamadas al timbre. Consiguieron a través de unos vecinos el teléfono del dueño del piso. Le comunicaron que tenían sospechas de que pudiera haber ocurrido algo muy grave y le pidieron que se personase en el edificio, como así hizo. Cuando al fin consiguieron entrar, se encontraron con el horror. El cadáver de la pequeña Olivia yacía en una cama y a su lado, su madre, que había ingerido tranquilizantes, pero en una cantidad mucho más pequeña a la que, supuestamente, le había dado a su hija. Su vida no corrió peligro y de hecho, a las diez horas salió del Hospital de Jove rumbo a la Comisaría.
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