Ingresado en el HUCA tras ser mordido por una víbora en Picos de Europa: «En cuestión de minutos comenzó a sentir dolor y dificultad para respirar»

Tras recibir la mordedura, el ciclista se dirigió al bar Casa Benigna de Sobrefoz, donde apenas unos momentos antes habían estado desayunando él y sus compañeros y fue el propietario del mismo, Luis Sánchez, quien identificó la mordedura y, consciente del peligro que suponía, se ofreció a trasladarle hasta el hospital de Arriondas. «Yo estaba cargando las cámaras cuando entró y me dijo que le acababa de morder una serpiente y en cuanto me dijo que era 'delgadina y negra' me levanté corriendo y lo metí en el coche», relató el hostelero a este diario. «Creo que nunca me puse a tanta velocidad por esta carretera», reconocía, aún con el susto en el cuerpo.

Con las prisas, Sánchez no cogió ni el teléfono móvil, por lo que tuvo que utilizar el del joven para dar aviso al 112 Asturias en cuanto tuvieron cobertura, ya a la altura de la localidad pongueta de Sellaño. «Quedé con la UVI móvil a la entrada de Cangas de Onís por la N-625 y cuando llegamos ya estaban ellos parando el tráfico para que pudiese aparcar justo a su lado», recordó. Pese a que durante todo el viaje, que le llevó unos veinte minutos, estuvo hablando con el herido «para que se mantuviera consciente» y «radiándole el tiempo que nos quedaba para encontrar a la ambulancia para que se tranquilizara», a su llegada a la ciudad canguesa el chico estaba ya «bastante afectado». «En cuestión de minutos comenzó a sentirse muy mal, con dolor y dificultad para respirar», indicó el hostelero.

Tras ser atendido por el equipo sanitario de la UVI móvil de Arriondas, el joven fue trasladado hasta el Hospital Grande Covián de la capital parraguesa, si bien unas horas más tarde y debido a la gravedad de su estado, decidieron derivarlo al HUCA, en Oviedo, donde, tras ser ingresado en la UVI, ya se encuentra fuera de peligro.

Al parecer, los jóvenes se encontraban realizando rutas de montaña, pernoctando al aire libre. «En las bicis llevaban esterillas, sacos y demás equipaje», apuntó Luis Sánchez, quien todavía no consigue explicarse el motivo por el que el chico decidió coger a la víbora. «Hay más de las que debería y es peligroso porque, sobre todo en esta época, hay mucha gente que anda por el monte», indicó el pongueto, quien prefiere «ni pensar» en lo que podría haber sucedido si el ciclista no le llega a pedir ayuda. «No eran conscientes del peligro, cuando vino al bar estaba tan tranquilo pero ya tenía el dedo blanco y una especie de bola por encima del nudillo». El mayor problema, recalcó, es «la falta de cobertura». «No es normal que a estas alturas no podamos siquiera llamar a emergencias ante cualquier incidente, pero parece que como somos pocos vecinos a las compañías no les interesa ponerle remedio», lamentó. Y recordó cómo hace unos meses otro vecino de la zona sufrió un serio accidente con su quad y no pudo siquiera pedir auxilio debido a la falta de cobertura. Fue otro vecino que, por casualidad, pasó por la zona y le vio, quien pudo dar aviso para su rescate.