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En las familias en las que un solo adulto es el responsable del hogar hay mayor pobreza que en el resto. Más aún si ese adulto es una mujer, como sucede en el 80% de los casos. La mujer, cuyos rasgos medios son tener 42 ... años y un hijo menor de 25 años, están más afectadas por las penurias económicas, según el informe 'Madre no hay más que una: monoparentalidad, género y pobreza infantil', elaborado por el Alto Comisionado para Luchar contra la Pobreza Infantil para analizar la situación de 1,9 millones de hogares españoles.
En casi la mitad de estos casos, que «han crecido de forma significativa en los últimos 15 años hasta representar en torno a uno de cada diez hogares con niños, niñas y adolescentes», estos menores tienen un mayor riesgo de pobreza que el promedio nacional.
Una de las razones principales para esa desigualdad es que la precariedad laboral afecta más a la mujer que cría a sus hijos sin otro progenitor. Apenas una de cada dos mujeres a cargo de una familia trabaja a tiempo completo y el paro afecta a casi la tercera parte. En circunstancias extremas, los hijos no pueden siquiera comer un alimento alto en proteínas, como la carne, cada dos días, según el Alto Comisionado. Tampoco pueden mantener una «temperatura adecuada» en invierno.
«Las madres de hogares monomarentales (aquellos que dependen de una sola mujer) sufren tres veces más la parcialidad (laboral) que los padres de hogares monoparentales (los que dependen de un solo hombre), y casi el doble de paro», dice el estudio, presentado por la vicepresidenta Carmen Calvo en unas jornadas celebradas en Madrid. «Las formas tradicionales de las parejas están cambiando, y hay personas adultas que se ven con la responsabilidad absoluta de sacar adelante a sus hijos e hijas», sostiene Calvo. «La pobreza infantil avanza cuando se producen rupturas de los progenitores que deben proteger a estos menores, y la inercia del patriarcado incurre en dejar a las mujeres solas al cuidado de estos menores».
En efecto, la mayoría de este tipo de hogares, que se suele crear a partir de un divorcio, tiene a una mujer de cabeza de familia. Ellas mantienen a 697.000 menores, mientras que a cargo del padre hay 151.000, según la Encuesta Continua de Hogares 2019. «En hogares monomarentales la tasa de pobreza infantil llega al 47,3%», dice el informe, que añade una variable más de precariedad cuando, además de la madre y los hijos, hay «otros convivientes» (abuelos, nuevas parejas). En ese caso, esa tasa aumenta en cinco puntos.
Otro signo de alarma es la «tasa de carencia material severa», que llega al 13% y dobla la media de otro tipo de hogares. Esto se traduce en problemas para afrontar «gastos imprevistos» y en retrasos en el pago de hipotecas o el alquiler. Desde luego, no existen las salidas en vacaciones o la compra de artefactos domésticos como lavadoras o televisores.
«Debemos proteger a la infancia por encima de la irresponsabilidad de sus padres o madres, y eso implica de manera integral todas y cada una de sus necesidades», afirma Calvo. «Por eso este informe es una extraordinaria hoja de ruta». Entre las recomendaciones del estudio está la financiación de escuelas para niños hasta los tres años, la conciliación laboral y familiar, un complemento en el Ingreso Mínimo Vital y la formación profesional flexible.
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