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Alberto Arce | Rafael Francés
Oviedo
Martes, 14 de marzo 2023, 10:56
La Policía Nacional ha abierto una investigación para esclarecer el crimen de Los Prados, el caso de la mujer hallada muerta durante la mañana del domingo en su piso del número 1 de la calle Ámsterdam, muy cerca del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), ... con golpes en la cabeza y en «circunstancias extrañas». La víctima, una ciudadana moldava llamada Tania que llevaba más de un lustro afincada en Oviedo, apareció sin vida en la bañera de su apartamento con traumatismos, aunque todo parece indicar que no se trató de algo casual o, incluso, autoinfligido: «Murió de forma violenta con la posible implicación de terceras personas». Al menos, y según confirmaron ayer fuentes de la Jefatura Superior de Policía, así se desprende del informe inicial del Instituto de Medicina Legal, adonde fue trasladado el cuerpo el mismo domingo después de que facultativos y uniformados comprobasen 'in situ' que aquello no se trataba de una muerte natural.
¿Por qué? Las fuentes policiales consultadas califican como «muy extrañas» y «anómalas» las circunstancias que envolvían la escena que se encontraron los agentes cuando pudieron acceder a la vivienda, aunque en un primer momento, el domingo, se indicó que no había indicios de violencia visibles. Fue la madre de la mujer, una señora que reside en el Levante, la que dio aviso a la Policía Local de que algo podría haber ocurrido después de perder el contacto con su hija durante varios días.
Eran las once de la mañana cuando los efectivos llegaron. También acudió un operativo del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento (SEIS) de Oviedo para abrir la puerta, pero no fue necesario, porque la Policía Nacional ya se había hecho cargo de la situación, accedido al domicilio y encontrado el cadáver en el cuarto de baño.
Lo que vino después fue una intensa jornada de recogida de pruebas que se alargó hasta prácticamente las seis de la tarde por parte de miembros de la Policía Judicial y de la Brigada Científica. Ayer, una patrulla -varias, teniendo en cuenta los cambios de turno- montó guardia durante todo el día aparcada a pocos metros de la vivienda. Varios efectivos se encargaron de interrogar a vecinos, trabajadores de establecimientos cercanos y residentes de otros bloques para obtener más datos sobre la fallecida y reconstruir sus últimas horas de vida, mientras la Científica volvía al interior.
Por lo pronto, la jueza del Juzgado de Instrucción número 3 de Oviedo en funciones de guardia decretó ayer el secreto de las actuaciones para facilitar la labor policial. Por su parte, la Jefatura ha restringido al máximo el flujo de información al respecto, incluso a los propios agentes.
«Todas las líneas de investigación se encuentran abiertas por el momento», detallaron; sin embargo, a priori no se está investigando como un caso de violencia machista, ya que no se ha movilizado a la UFAM (Unidad de Atención a la Familia y Mujer).
Una de esas líneas de investigación, según añadieron después fuentes cercanas al caso, apunta a que la vivienda donde se halló el cadáver de la mujer podría ser «un piso de citas». Al menos, así lo manifestaron a los agentes algunos de los convecinos de la fallecida. No en vano, la zona alberga, supuestamente, otros pisos de esta índole. «Encima del supermercado hay uno, otro aquí mismo», afirmó, señalando, hacia arriba una trabajadora que había parado en el estanco a comprar cigarrillos, justo en la acera de enfrente del edificio donde habían encontrado el cuerpo de la moldava.
En ese sentido, una de las vecinas de Tania manifestó que «todo lo que había alrededor de ese piso era muy raro», si bien no aportó más detalles. A la mujer, eso sí, aseguró haberla visto «solo dos o tres veces» y lo argumentó explicando que «en un bloque tan grande cada uno va a lo suyo y casi no conoces a los vecinos».
Lo que no salieron del piso de Tania, ni en la noche antes a aparecer sin vida ni durante los meses anteriores, fueron ruidos. Vivía en la tercera planta del edificio, puerta con puerta con una de las peluqueras del barrio -hay varias en la zona-. Esta aseguró que «no se escuchaba ningún ruido» provenientes del interior del piso. Tanto, que parecía «que no viviese nadie dentro».
Lo que también deberán esclarecer las pesquisas de los investigadores será por qué apareció una nota manuscrita en el turismo de la fallecida, que permanece aparcado en el garaje del inmueble de la calle Ámsterdam. Y es que el informe del forense ha descartado el suicidio, una de las primeras hipótesis que se barajaban.
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