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Mensaje que encontró la niña en una tarjeta navideña. R.C.

SOS navideño

Una niña británica de 6 años halla un mensaje de auxilio de presos chinos en el 'christmas' con el que iba a felicitar a sus amigos

Domingo, 22 de diciembre 2019

Florence Widdicombe, una niña británica de seis años, eligió hace unos días, en su casa del sur de Londres, una tarjeta navideña en la que se veía a un gato sonriente con un gorro rojo de Papá Noel para felicitar las fiestas a sus ... amigos. Fue la que más le gustó del paquete de 20 'christmas' que su padre había comprado por algo menos de dos euros en Tesco, una de las principales cadenas de supermercados del Reino Unido.

Pero la sorpresa de Florence fue mayúscula cuando levantó la solapa para redactar la felicitación y se encontró con que la parte interior de la tarjeta ya estaba escrita. Había cinco líneas manuscritas en mayúsculas y en inglés con el siguiente mensaje: «Somos prisioneros extranjeros de la prisión de Qingpu de Shanghái, China. Obligados a trabajar contra nuestra voluntad. Por favor, ayúdenos e informe a la organización de derechos humanos. Use el enlace para contactar al señor Peter Humphrey». Los presuntos reclusos, eso sí, se despedían del desconocido destinatario que lo leería por azar con un afectuoso «Happy Christmas».

La rocambolesca historia se conoció el domingo pasado cuando la contó el aludido Peter Humphrey en el artículo publicado con su propia firma en 'The Sunday Times'. Humphrey, un experiodista e investigador privado británico especializado en fraudes, explica en el dominical que los presos de esta cárcel china son forzados desde hace al menos un año a realizar trabajos obligatorios, entre otros embalar tarjetas navideñas fabricadas en la planta de impresión china Zheijiang Yunguang, ubicada a unos cien kilómetros de la prisión de Qingpu.

El interés de los presos porque se hiciese llegar el mensaje a Humphrey no era casual. El investigador, que fue localizado a través de la red social Linkedin por el padre de Florence, pasó en una celda de Qingpu 9 de los 23 meses que estuvo preso en China entre 2014 y 2015, cuando fue acusado junto a su mujer de obtener ilegalmente registros privados de ciudadanos chinos, información que luego habrían vendido a la multinacional farmacéutica GlaxoSmithKline. Humphrey, que siempre negó haber hecho nada ilegal, asegura que ha contactado con excompañeros presos de Qingpu que le han confirmado la existencia del trabajo forzado.

Desmentido

Sus acusaciones, sin embargo, fueron desmentidas horas después por el Gobierno chino. El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores Geng Shuang indicó que, tras informarse «en los departamentos correspondientes», puede asegurar que esta cárcel de Shanghái «no tiene presos extranjeros realizando trabajos forzados», según recoge AFP. Es más, Shuang considera que todo se trata de una invención de Humphrey.

Tesco, pese a todo, nada más enterarse de los hechos, paralizó la venta de estas tarjetas, ha suspendido su relación con el fabricante chino -Zheijiang Yunguang-, y ha abierto una investigación para comprobar si en la fabricación se utilizado el trabajo forzado, algo prohibido por su código empresarial. Tesco entregaba los beneficios de estos 'christmas', unos 350.000 euros, a fundaciones de enfermos.

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