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J.V. Muñoz-Lacuna
Toledo
Jueves, 24 de agosto 2017, 15:02
Murcia, Alicante y Almería podrían autoabastecerse de agua sin tener que recurrir al “costoso” trasvase del Tajo al Segura en torno al cual se ha establecido trama de intereses inmobiliarios. Es una de las conclusiones del informe que la organización ecologista Greenpeace ha elaborado en ... torno a esta infraestructura puesta en marcha en los últimos años del franquismo y que ahora, en plena sequía, ha vuelto a reavivar la guerra del agua entre comunidades.
El informe, presentado este jueves en Toledo, revela que la cuenca del Segura no es deficitaria y podría desengancharse del trasvase en tres años aprovechando sus propios recursos hídricos. “Murcia tiene aguas subterráneas en un volumen de entre 500 y 800 hectómetros cúbicos al año que no se contabilizan y no se usan porque las obras ligadas a la sequía son un negocio para las grandes constructoras”, asegura el geólogo Francisco Turrión, que ha colaborado en la redacción de este documento.
En este sentido, según Greenpeace, “se intenta justificar la necesidad de megaconstrucciones y grandes plantas de desalación para seguir alimentando proyectos urbanísticos de la burbuja inmobiliaria como resorts con viviendas unifamiliares o campos de golf”.
El informe de esta organización también calcula que hay unas 60.000 hectáreas de regadíos ilegales en la cuenca del Segura mientras se niega el uso de agua de pozo a pequeños agricultores levantinos y los agricultores castellano-manchegos ven pasar el agua del trasvase sin poder utilizarlo. Todo ello, asegura Greenpeace, para mantener el “privilegio de los lobbies del agua beneficiando a unos cuantos como grandes agroindustrias a las que van a parar regadíos intensivos e ilegales”.
Tras difundirse este documento, el portavoz del Gobierno de Castilla-La Mancha, Nacho Hernando, ha anunciado que “no descartamos acudir a los tribunales si se confirman las malas prácticas en el uso del trasvase”. Desde Murcia, el presidente del Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura, Lucas Jiménez, ha calificado el informe de “irrisorio y broma de mal gusto porque en la cuenca del Segura no hay superávit de agua y vamos a cerrar el año hidrológico en situación de prealerta”.
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