El frío mata más de cien toros en una ganadería de Guadalajara

El hierro «El Uno», famoso por sus mansos en los últimos Sanfermines, languidece por los efectos de la pandemia

J.M.L.

Guadalajara

Viernes, 22 de enero 2021, 13:12

 

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Los últimos meses han sido los más duros que ha soportado la ganadería «El Uno», de Almoguera (Guadalajara), por la suspensión de festejos taurinos como consecuencia de la pandemia. Este hierro, que en los últimos años ha garantizado encierros seguros para los corredores en ... los Sanfermines con sus bueyes mansos, acaba de sufrir su «puntilla». Así define su estado actual su propietario, José María López, a raíz de la muerte de más de cien toros de lidia, bueyes y vacas por las heladas que ha traído la borrasca Filomena.

«Llevaban muchos días de pie pero no han aguantado más y al final se han tumbado y se han congelado», lamenta este ganadero quien reconoce que «en los 30 años que llevo dedicado a esto nunca había vivido una situación igual». Y es que la finca «El Maquilón», donde cría sus reses, ha soportado duras heladas durante más de una semana. «A las 7 de la mañana hemos tenido hasta 22 grados bajo cero. Han sido muchos días de frío y los animales han sufrido hipotermias que les han dañado los pulmones y los riñones, según me cuentan los veterinarios», explica el dueño de «El Uno», un apasionado de la tauromaquia que en 2005 lideró el escalafón de novilleros en España y que después tomó la alternativa.

La covid

Más tarde, y tras algunas cornadas, decidió convertirse en ganadero «y con mucho esfuerzo logré reunir una punta de vacas muy seleccionada y poco a poco ir consiguiendo metas en la aventura de ser ganadero». En «El Maquilón» pastaban hasta hace semanas 400 vacas, 800 machos y 120 bueyes pero el frío se ha llevado por delante a más de un centenar de estos animales. «Seguimos al pie del cañón dando de comer a nuestros animales pero sin haber recibido ninguna visita de animalistas o de políticos que luego vemos en los callejones empujándote para salir en la foto», denuncia José María, muy crítico con la ausencia de ayudas públicas para el sector del toro de lidia desde que se suspendieron o limitaron corridas, encierros y novilladas por la pandemia.

«El Estado nos ha abandonado, nos ha prohibido, no se pueden dar espectáculos populares, las corridas se están celebrando en condiciones precarias y, mientras tanto, el sector permanece callado y avergonzado y hay banderilleros que están yendo a comedores sociales», se queja este ganadero que reconoce no ver futuro en su trabajo: «Me levanto cada mañana hundido, sin ánimo de nada, pero con la necesidad moral de cuidar y dar de comer a mis animales en la finca que compró mi padre hace más de 30 años y por la que velamos con cariño». «La tauromaquia era la gallina de los huevos de oro pero desde hace tiempo sólo da huevos de hojalata y parece que nos conformamos con una lenta y progresiva desaparición. El túnel sigue oscuro y nadie parece que vaya a dar la luz», añade.

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A la pandemia, que «tanto daño está haciendo a nuestras vidas, al tejido económico de un país ingobernado y que va a ser nuestra puntilla», apunta José María, se han sumado ahora los efectos de una borrasca que ha actuado como una plaga en esta ganadería.

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