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Rosalía Agudín y Paz De Alvear
Oviedo
Viernes, 19 de mayo 2023
La ciudad está de luto. La tragedia ha golpeado Oviedo. Dos niñas, Anastasia y Alexandra, dos mellizas de 12 años recién cumplidos y de nacionalidad rusa, fallecieron ayer por la mañana al caer desde una ventana de un sexto piso a un patio interior de ... la calle Facetos, en el barrio de La Ería. A las 8.55 horas, los servicios de emergencias recibieron la alerta. Nada pudieron hacer por su vida.
Los alaridos de su padre en plena calle pusieron en alarma a los vecinos. Acababa de regresar de dejar a su hijo pequeño, de 10 años, en el colegio de La Ería, donde también estudiaban las dos menores, cuando se enteró del fallecimiento de ambas. Según los testigos, gritaba desesperado, deambulaba por medio de la calle a la vez que intentaba acercarse al patio trasero. Los gritos desesperados, angustiosos, de una mujer se le unieron, añadieron. Igor Zuev y Olga Glevoba, de 43 y 44 años, tuvieron que recibir asistencia médica y psiquiátrica en el interior del edificio.
Caída: Los servicios de emergencias reciben la alerta de que dos mellizas de 12 años se han precipitado a un patio interior en la calle Facetos. Los vecinos oyen gritos de los padres y los servicios de emergencias solo pueden certificar su muerte.
Psicólogos: Los sanitarios solicitan la ayuda de psicólogos para atender a los padres y el alcalde, Alfredo Canteli, se persona en el lugar de los hechos.
Anatómico Forense: Los cadáveres son trasladados a las instalaciones de La Corredoria mientras los agentes realizan la inspección ocular de la ventana desde la que se precipitaron.
Colegio: La madre es llevaba al centro de La Ería para comunicar lo ocurrido al hijo pequeño y después abandonan el centro. A lo largo de la mañana, los profesores y alumnos reciben apoyo psicológico.
Brigadas de la Policía Científica y Judicial acudieron al lugar para hacerse cargo de la investigación después de que las unidades de Seguridad Ciudadana requirieran su presencia y la de los servicios sanitarios. «Todo indica que es un suceso trágico», informó el inspector Pedro Aguado, del Cuerpo Nacional de la Policía, a las once de la mañana, descartando «la implicación de terceras personas». Los padres «han sido informados del hecho», agregó, y pidió que se dejara trabajar a los investigadores hasta tener todos los datos necesarios corroborados de una forma fehaciente. De momento, los investigadores están tomando declaración al entorno familiar y escolar.
El alcalde, Alfredo Canteli, acompañado por el concejal de Seguridad Ciudadana, José Ramón Prado, acudió al lugar nada más suceder los hechos. Muy consternado, anunció que «Oviedo está de luto», la suspensión de la inauguración oficial de las fiestas de La Ascensión, y los actos de campaña electoral. Desde la calle, en una mañana lluviosa y fría, siguió todo el operativo hasta que el padre de las menores fue trasladado, sedado, al HUCA y la madre, arropada por Cruz Roja, al colegio para recoger y explicar la situación a su hijo. Después, ambos fueron atendidos en el centro de salud de La Ería.
Una tragedia que conmocionó y cogió por sorpresa a toda la comunidad escolar. La directora envió una comunicación de lo sucedido a las familias, pero muchos escolares conocieron la dramática noticia a través de los móviles.
Según las primeras investigaciones, las dos pequeñas, que acababan de celebrar su fiesta de cumpleaños y tenían por delante un viaje de estudios, salieron de su casa, en un cuarto piso, con sus respectivas mochilas para ir a clase. Nunca lo hicieron. Subieron al último piso del inmueble, el sexto, posaron sus bolsas en el rellano de la escalera y abrieron la ventana, lo que desembocó en el dramático desenlace. Un vecino fue testigo ocular del momento.
Los padres «están deshechos», indicó el edil José Ramón Prado. De nacionalidad rusa, llevan unos cuatro o cinco años residiendo en el piso del número 45 de la calle Facetos. Empadronados en Oviedo, es común verles haciendo la compra en un supermercado cercano o recogiendo a sus hijos en el colegio. Una familia «de lo más normal, educados y respetuosos», apuntaron quienes coincidían en su día a día. Todos, «impactados», no acababan de creer que las dos pequeñas ya no siguieran con vida.
La tristeza era palpable en el ambiente. Una vecina de un inmueble cercano que conocía a las niñas lamentaba la desgracia. «Oí las sirenas por la mañana, cuando mi nena se había ido al colegio», se situó Carmen Sánchez, entre lágrimas. También llorando y sin poder siquiera pararse, salió del edificio la profesora que «siempre estuvo súper pendientes de ellas, enseñándoles el idioma», que ahora ya dominaban a la perfección.
El jefe superior del Cuerpo Nacional de la Policía, Luis Carlos Espino, también se personó en Facetos para seguir la investigación de primera mano. Mientras la labor policial iba descartando la autoría de terceras personas, los políticos interrumpían sus planes de campaña, sumándose así al duelo de la familia y ciudadanos. Porque, realmente, Oviedo no estaba para nada más.
El presidente del Principado, Adrián Barbón, tras la reunión del Consejo de Gobierno en Piloña, se mostró «consternado» por el fallecimiento de las pequeñas y sin entrar a valorar la secuencia de los hechos al desconocer todos los detalles, abogó por un gran acuerdo en favor de la salud mental y salud infantojuvenil.
La delegada de Gobierno en Asturias, Delia Losa, envió su sentido pésame a los familiares, consternada ante lo que atribuyó a una toma de «decisiones irreparables».
Los minutos de silencio se sucedieron en los actos celebrados en la ciudad. Oviedo está de luto.
El colegio público de La Ería, en realidad todo el barrio y toda la ciudad, está consternado. A este centro escolar acudían cada mañana, desde hace varios cursos, las dos mellizas de doce años fallecidas hoy tras caer por la ventana de un sexto piso en el número 47 de la calle Facetos, y su otro hermano, de diez años. Las dos menores «estaban muy unidas y siempre lo habían todo juntas», según explican quienes las conocían. Eran «buenas estudiantes» y estaban «muy integradas», añaden. Hoy, tras no aparecer en clase y correr la noticia como la pólvora, los alumnos y profesores están recibiendo ayuda psicológica por parte de profesionales de Cruz Roja, quienes han accedido al colegio a media mañana.
«Parecer ser que era una familia que llevaba tiempo aquí; estaban muy integrados y eran muy cariñosos», explicó esta mañana el concejal de Seguridad Ciudadana, José Ramón Prado. Los dos padres y sus tres hijos residen desde hace años en esta zona. Las niñas, muy queridas por sus profesores, habían aprendido el idioma y este era su último curso en Primaria antes de pasar al instituto.
«Recién se había ido mi niña al colegio, comencé a oír sirenas», detalló Carmen Sánchez, una vecina del barrio. Ambas murieron en el acto y cuando llegaron los servicios sanitarios no pudieron hacer nada por salvar su vida.
Los testigos cuentan que los padres «están destrozados». Él ha tenido que ser trasladado al Hospital Universitario Central de Asturias y la madre ha acudido al colegio a buscar su otro hijo, que estaba en clase.
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