2021 fue el año del resurgimiento de casi todo, gracias a la resurrección social que permitió el control del coronavirus con la vacunación masiva. También fue el ejercicio en que empezó a compensarse el tremendo mazazo que la covid y las restricciones de movimientos propinaron ... a la demografía española en el primer año de la pandemia.
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España volvió en 2021 a la senda del crecimiento poblacional, con el aumento de 50.490 habitantes, después del desplome brutal, en más de 106.000 personas, que registró el Padrón en el año del gran encierro. Los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) muestran que 2020 solo fue un doloroso paréntesis en el camino ascendente iniciado en 2016, con el fin de lo peor de la gran crisis económica, durante la que se acumularon cuatro años seguidos de pérdida poblacional, pero a los que siguieron otros cuatro de franca recuperación.
La razón de la vuelta de España a los números positivos hay que buscarla en los avances médicos para combatir la pandemia y en la recuperación de su rol de territorio objeto de deseo de los extranjeros, tanto de los que buscan trabajo y una oportunidad en la vida como de los que quieren convertirlo en su lugar de residencia. Pero sobre todo en el segundo aspecto, en la vuelta de la inmigración.
La mortalidad imprevista causada por la epidemia cayó a menos de la mitad de un año antes -aún así el Instituto Carlos III estima el exceso de fallecimientos por covid en 2021 en 30.298-, pero el salto poblacional está en la llegada de foráneos. Mientras la pandemia y las restricciones hicieron que el número de residentes extranjeros cayese en 2020 en 26.331, sobre todo por la fuga de naturales de países de la UE, el año pasado la población extranjera empadronada en España aumentó en 72.410 personas, por la fuerte llegada de extracomunitarios (59.010), pero también por el retorno de 13.400 oriundos de los socios continentales.
En otras palabras, el fuerte tirón de los extranjeros permitió compensar con creces en los últimos doce meses el exceso de fallecimientos por covid y el descenso de la natalidad y situó el número de residentes en el país en 47.435.597. No obstante, aún no ha sido posible olvidar el enorme retroceso de 2020 y superar el hito demográfico de 2019, cuando España rozó por vez primera los 47,5 millones.
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El 88,4% del censo (41,9 millones) son residentes nacidos en España y un 11,6%, ya más de 5,5 millones de personas, son originarios de otros países. Los grandes proveedores del Padrón español son Marruecos, Rumanía, Colombia y China, los suramericanos Venezuela, Honduras, Perú y Ecuador, así como los europeos Reino Unidos, Italia y Alemania. Dentro del 'top 20' de la inmigración está también Ucrania, que tenía a 111.000 naturales viviendo en España a 1 de enero de 2020, antes del gran éxodo desatado en febrero por la invasión rusa.
Las mujeres son más en España, en concreto el 51%, y la edad media de sus vecinos es de 44,1 años. Estos datos cambian si solo se miran los empadronados extranjeros. En ese caso, ganan los hombres por la mínima (50,1%) y la edad media baja a los 37,1 años.
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Las autonomías que más población ganaron en 2021 proporcionalmente son Murcia, Comunidad Valenciana, Navarra, Baleares, Cataluña y Andalucía y, por contra, los grandes descensos se dieron en Castilla y León, Asturias, la Comunidad de Madrid, el País Vasco y Extremadura.
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