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Control exhaustivo. Una técnico de laboratorio revisa la evolución de un embrión que ha iniciado ya el proceso de división.. /S. GARCÍA
Embriones que hacen las maletas

Embriones que hacen las maletas

Turismo reproductivo ·

Las pacientes extranjeras suponen el 12% de las reproducciones asistidas realizadas en España, un escenario posible gracias a la legislación más permisiva

SERGIO GARCÍA

Domingo, 27 de marzo 2022

La pareja procedía de Marruecos y frisaba ya los 50 años. Habían tenido un hijo que con 18 perdió la vida en un accidente de tráfico y aquel drama abrió un abismo que el matrimonio era incapaz de llenar. Viajaron a Barcelona, a la clínica Dexeus Mujer, y una vez allí, vistas las posibilidades y enfrentados al severo condicionante que suponía la edad de ella, aceptaron una donación de óvulos, un tratamiento complicado de llevar a cabo en su país, también por motivos religiosos. Iñaki González Foruria, especialista en medicina de Reproducción del centro catalán, recuerda como si fuera ayer el día que su equipo llevó a cabo la transferencia, el mismo del fallecimiento de su hijo. «Un azar de la vida». Ella quedó embarazada.

Su historia se suma a la de muchas otras mujeres, auténticos relatos de superación. Como la de aquella francesa con endometriosis que pasó por múltiples tratamientos de fecundación in vitro hasta cumplir su sueño y tener un hijo, pero que cuando posteriormente quiso darle un hermano no dejó de luchar para que, de nuevo en España, pudiera burlar al destino y concebir. «El hecho de recurrir a una donación de óvulos para darle un hermano a tu hijo me parece un gesto bellísimo, un proceso que va más allá de lo físico y que emocionalmente exige mucho», desliza González. O el de aquella pareja de lesbianas italianas, que después de que se embarazase una volvieron al cabo de un tiempo para transferir a su pareja los embriones que habían quedado congelados. «Otro hermano literal, pero en el útero de la otra madre».

Según datos de la Sociedad Española de Fertilidad, el 12% de los embarazos asistidos que se realizan aquí tienen por destino pacientes extranjeras, lo que sitúa a nuestro país entre los principales destinos de turismo reproductivo del mundo. Su presidente, Luis Martínez Navarro, atribuye esta tendencia a dos motivos fundamentales: el ordenamiento jurídico (la reproducción asistida está regulada aquí con una ley propia -la 14/2006- que permite todos los tratamientos excepto la subrogación de útero) y la calidad de la medicina reproductiva. «Hay que entender que si una paciente no puede acceder a una técnica determinada porque su país no lo permite, acuda a otro con unos métodos que permitan llevar el proceso a buen término».

«El retraso de la maternidad es una tendencia al alza en Occidente -recuerdan en Dexeus- y, a diferencia de otros países de Europa, la ley española permite acceder a estas técnicas a mujeres sin pareja, matrimonios heterosexuales y de lesbianas, o parejas de hecho». También como método de planificación familiar (congelar óvulos para aplazar la maternidad, «lo que ha aumentado la demanda de estos tratamientos». En el caso de la clínica catalana, las pacientes extranjeras representan ya el 20% del total de intervenciones.

LAS FRASES

.Dexeus Mujer

Iñaki González Foruria

«Algunos se piensan que pagando pueden conseguir todo, que por tratarse de España quizá lo van a tener más fácil. No es así, esto no es un supermercado»

Quirón Salud Ginemed Bilbao

Marina González Tejedor

«Aquí existe cultura de donar, una sensibilidad que no hay en otros sitios. Y esto es así lo mismo si hablamos de órganos que de óvulos y esperma»

Sociedad Española de Fertilidad

Luis Martínez Navarro

«La inseminación artificial con semen de donante sale por unos 1.000 euros. En cambio, el tratamiento con ovocitos donados es más caro, entre 5.000 y 7.000»

En más de la mitad de los países de Europa, las autoridades prohíben recurrir a la reproducción asistida a lesbianas o a mujeres sin pareja. En Francia, la Asamblea Nacional no dio su autorización para que estos dos colectivos pudiesen recurrir a estos tratamientos hasta el pasado junio, lo que durante muchos años ha hecho que ese país fuera el primer nicho de pacientes extranjeras. Pero hay más. «En Inglaterra o Portugal no está permitida la donación anónima -aquí lo son todas por ley-, en Italia está restringido el número de embriones o la posibilidad de guardarlos para el futuro, y en países como Alemania o Austria no es legal recurrir a la ovodonación», enumera Marina González Tejedor, responsable de la unidad de Reproducción Asistida de QuirónSalud Ginemed Bilbao.

Las razones para tratar de consumar el embarazo en España incluyen asimismo las largas listas de espera, los precios que se barajan -iniciar uno de estos tratamientos a menudo obliga a suscribir préstamos abultados para hacer realidad un sueño- y una oferta amplia, sobre todo en aquellos lugares donde la cercanía a las fronteras (caso de Euskadi o de Galicia respecto de Francia y Portugal) o el turismo (Costa del Sol, Alicante, Valencia y Madrid) ejercen de polos de atracción. Sólo en Cataluña se superan el medio centenar de clínicas.

La consolidación del sistema no es flor de un día, de hecho hay países donde no basta con que se suavice la legislación. Italia es un buen ejemplo. Sus resultados no tienen nada que ver con los españoles, porque llevan poco tiempo trabajando este campo, hay menos donantes y no disponen de la técnica adecuada. «Aquí los circuitos están consolidados, la logística funciona bien, igual que el boca-oreja entre donantes -explica González Foruria-. El que viene de fuera sabe que la búsqueda de un donante adecuado puede durar seis meses, mientras que en otro sitio se va a tirar años esperando. Y la gente que ha pasado de los 40 no está para perder el tiempo».

En lo relativo a los rasgos físicos y el bagaje genético, la ley española es muy clara: hay que lograr la mayor compatibilidad posible, lo que incluye desde buscar una donante, por ejemplo, morena y de ojos castaños para una receptora que responda al mismo perfil; hasta hacerle un test de enfermedades genéticas a la donante, por ejemplo, para que no sea portadora de las mismas mutaciones que el varón. «Eso sí, en ningún caso podemos sucumbir a las peticiones de los pacientes. 'somos morenos, pero la niña la queremos rubia', porque esto no es un supermercado -apostilla González Foruria-. Y sí, hay algunos a los que hay que explicárselo, afortunadamente los menos. Se piensan que pagando se puede conseguir todo, o que en España vamos a hacer la vista gorda, que esto es un todo vale. No tardan en comprobar que no es así, que aquí las cosas si funcionan es por algo».

AL DETALLE

  • 14/2006 La Ley de Técnicas de Reproducción asistida vigente en España, un ordenamiento avanzado y que permite abordar todos los tratamientos salvo la subrogación de útero.

  • 14.521 mujeres entregaron óvulos en España en 2019, el último dato del que dispone la SEF. Los donantes de esperma no están medidos en los registros del Ministerio de Sanidad.

  • -196 son los grados a los que se congela en tanques para su almacenamiento los espermatozoides y los óvulos donados.

España forma parte del reducido club de países que arroja unas tasas de reproducción asistida muy elevadas entre no nacionales, una condición que comparte con Dinamarca (más de la mitad de inseminaciones con donantes se hacen a extranjeras, según la Autoridad de Salud y Medicamentos de aquel país) o la República Checa (el 86% de las mujeres que recibieron óvulos eran de fuera del país). Las cifras aquí no son porcentualmente tan altas, recuerda Martínez Navarro, «seguramente porque la edad de la maternidad ha alcanzado máximos históricos».

Distintas sensibilidades

En Ginemed Bilbao, un luminoso en el vestíbulo informa del número de embarazos evolutivos conseguidos a fecha de hoy. Este viernes pasado eran 4.310. Fuentes de la clínica señalan que el 78% de los pacientes atendidos en 2021 eran españoles, el 15% portugueses (la empresa tiene radicado un centro en el país vecino) y el 7% extranjeros, «lo que no está nada mal tratándose de un año con movilidad restringida». En Dexeus Mujer se mueven en un promedio del 20% de los 3.000 tratamientos efectuados el año pasado a extranjeras, que va del 38% de las mujeres que recurrieron a ovodonación hasta el 8,2% de las que decidieron preservar la fertilidad, ya fuera por causa médica o no.

Más allá de las mujeres que se desplazan a España en busca de concebir por métodos asistidos, también se exporta material genético, propio o de bancos de gametos (ovocitos y espermatozoides). A veces incluso embriones, óvulos ya fecundados. También aquí hay diferencias. Mientras en Reino Unido no se estila donar semen, países como Italia recurren a España o Dinamarca para garantizar su abastecimiento. «Sin duda es un tema sensible que se presta a diferentes sensibilidades, al final es algo cultural. En España siempre nos hemos caracterizado por ser más altruistas. Donamos, estamos habituados a hacerlo y además está bien visto socialmente. Y esto vale lo mismo cuando hablamos de trasplante de órganos, que de transfusiones de sangre y también, por qué no, de esperma o de óvulos».

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