Los embalses siguen ganando agua: 321 hectómetros cúbicos más y se sitúan en el 66,6%

La razón de este pequeño avance hay que buscarla en los deshielos del Pirineo y de Sierra Nevada y en las escorrentías, tanto las subterráneas (el agua discurre por el terreno, se filtra y se mueve bajo tierra), como la superficial (la que llega a los cauces de los ríos y, desde ahí, desemboca en los embalses). Y es que siempre hay cierto tiempo de desfase desde el momento en que la lluvia alcanza la tierra y el momento en el que llega a los pantanos, por lo que parte de la lluvia y la nieve caídas en Semana Santa sigue llegando ahora hasta las presas.

El nivel conjunto de los embalses ha subido 0,57 puntos durante la última semana, al pasar del 66% al 66,6%, según avanza el portal especializado Embalses.net a partir del boletín de datos semanales del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO). En concreto, almacenan actualmente 37.325 hectómetros cúbicos (hm3). Es una cantidad notablemente mayor a la que registraban hace un año (28.400 hectómetros y el 50,6% de su capacidad) y algo mayor a la media de la última década (35.976 hectómetros y el 64% de su capacidad).

Las cuencas catalanas superan el 18% de su capacidad por vez primera desde finales del pasado año. Con relación a hace una semana han ganado medio punto porcentual (tres puntos en solo un mes) y estos días se están beneficiando del agua que les llega por el deshielo en el Pirineo. De hecho, sólo la nieve acumulada en el Pirineo aragonés referida a las cuencas del Ebro equivale a unos 615 hectómetros cúbicos, según datos facilitados por la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE). Fuentes de ese organismo señalan que hace solo dos semanas la reserva nival superó los mil hectómetros, «pero el efecto del deshielo ya se está notando».

Con todo, la aportación de agua a las cuencas del interior de Cataluña esta últimas semana (unos 3 hectómetros cúbicos) ha permitido elevar el nivel por encima del 18%, una situación todavía crítica; de hecho es la cuenca más seca de toda la península.

Bajo esa premisa la Generalitat de Cataluña ha decidido este martes que permitirá el llenado de piscinas públicas y privadas, pero con la condición de que cumplan la función de refugios climáticos, o sea que estén abiertas este verano a todos los ciudadanos. Además, ha fijado un tope de consumo máximo para establecimientos turísticos, de 100 litros por plaza, en fase de emergencia, como están ahora Barcelona y Girona, donde los vecinos de 200 municipios tienen limitado el consumo a 200 litros por persona y día.

Por lo demás, prácticamente todas las cuencas penisulares han ganado volumen en esta última semana, incluidas todas las del sur, que suben muy ligeramente: Tajo, Júcar, Guadiana, Segura, Guadalquivir, Mediterráneas Andaluzas y Guadalete Barbate incrementan sus volúmenes en unas décimas, mientras que Tinto Odiel y Piedras, se mantiene como estaba.

Por ámbitos, el Cantábrico Oriental se encuentra al 89,04%; el Cantábrico Occidental, al 89,59%; el Miño-Sil, al 87,43%; Galicia Costa, al 88,3%; las cuencas internas del País Vasco, al 90,5%; el Duero, al 92%; el Tajo, al 80,6%; el Guadiana, al 51,6%; Tinto, Odiel y Piedras, al 85%; Guadalete-Barbate, al 29,9%; el Guadalquivir, al 46,2%; la Cuenca Mediterránea Andaluza, al 30,5%; el Segura, al 24,5%; el Júcar, al 56,6%; el Ebro, al 75,2% y las cuencas internas de Cataluña al antes citado 18%.