Illa insiste en que la vuelta al cole es competencia de las autonomías

Cabe recordar que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció a finales de julio una Conferencia de Presidentes autonómicos en agosto dedicada únicamente a planificar y coordinar la vuelta a clase en septiembre. Aún no hay fecha para la misma, como recordó ayer el presidente andaluz, Juanma Moreno, que lamentaba que se haya pasado del «control absoluto» durante el estado de alarma a «prácticamente la dejación de funciones».

Precisamente, Andalucía ya ha avanzado que reforzará con 6.000 profesores -Madrid, Castilla-La Mancha, Extremadura y Cataluña también han contratado más docentes- un curso que en la comunidad arrancará el 9 de septiembre y con un objetivo prioritario, que la mayor parte de las clases sean presenciales. De hecho, es lo que persiguen todas las autonomías, que durante el verano han ido perfilando las medidas para garantizar la seguridad en el inicio del curso escolar.

Una de las más curiosas es la que obliga a los alumnos de infantil, en la Región de Murcia, a cambiarse de calzado cuando entren en clase. Por cierto, no podrán compartir sus juguetes ni mezclarse con niños de otras aulas en el patio, espacios para los que en Baleares, por ejemplo, han propuesto turnos. En Extremadura, la Comunidad Valenciana y Castilla y León, se formarán grupos estables de convivencia en infantil y primaria. En Asturias, se ha establecido una hora menos de clase al día en los institutos, así como jornada continua en todos los centros educativos. Además, en secundaria, las clases durarán diez minutos menos (45) y, al menos por el momento, se suspenderán todas las excursiones fuera de los centros escolares.

Otras comunidades autónomas, como La Rioja o las Islas Canarias, han decidido retrasar el inicio de las clases hasta el 15 de septiembre para dar tiempo a los claustros a organizar un año lectivo que se prevé complejo.

En Cantabria, a partir de los 6 años, todos los alumnos deberán ir siempre con mascarilla, una medida que en Galicia también será obligatoria si no hay una separación de un metro entre silla y silla. Por último, en Navarra, cada centro se organizará con espacios bloqueables, que permitirán zonificar al alumnado para que los estudiantes siempre trabajen con el mismo equipo docente.