La universidad española ha resistido a la crisis, pero necesita más recursos y una reforma legal si quiere estar preparada para responder a los retos que se atisban en el horizonte. Esta es la principal conclusión del XV Informe CYD 2018, elaborado por ... la Fundación Conocimiento y Desarrollo, que analiza la contribución de la enseñanza superior al desarrollo económico y que se ha presentado este lunes en Madrid.
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Envejecimiento y endogamia son dos de los grandes talones de Aquiles del sistema español. Según el estudio, el 16% de los profesores y el 60% de los catedráticos tienen más de 60 años, así que en la próxima década se jubilarán más de 20.000 docentes. «No se ha cumplido la tasa de reposición a causa de los recortes», ha afirmado el catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Barcelona y director del informe, Martí Parellada.
Además, las universidades españolas miran demasiado hacia sí mismas, de forma que el 68,8% de los profesores logró el doctorado en la misma universidad en la que trabaja. En concreto, el informe constata que la endogamia «es fundamentalmente alta en los centros propios de las universidades públicas (el 74,3% en los funcionarios y el 75,1% en los contratados), mientras que en los centros adscritos y en las universidades privadas los porcentajes respectivos eran del 47,7% y del 32,9%». Parellada cree que hay universidades en las que la endogamia es un problema, y en otras en que no, pero recuerda que todas pueden contratar a profesores ajenos a ellos «si quisieran».
Entre los desafíos de la universidad española se encuentran el descenso por sexto año consecutivo del número de matriculados en grados en el sistema universitario español; la adecuación de la demanda de las universidades públicas y privadas (se han creado 20 en las últimas dos décadas frente a ninguna pública); el aumento de los estudiantes internacionales; continuar con la subida de inversión en recursos universitarios; lograr que la producción científica en España no sólo crezca en número de publicaciones, sino también en calidad y en liderazgo; o que las patentes tomen de nuevo una tendencia creciente.
La Fundación CYD incide en la importancia de que el tejido empresarial genere empleos para los titulados universitarios de manera que no se produzcan los altos niveles de sobrecualificación que sufre España. El 37,6% de los graduados españoles desempeña tareas que no son de alta cualificación.
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