El derrumbe de una nave por la nieve atrapa a más de 400 ovejas  

«La situación es dantesca», explica su dueño, Enrique Cuesta, que lamenta la agonía de corderos y ovejas heridos «balando y atrapados por las patas». «Aún no que podido cuantificar los daños pero creo que han muerto más de un centenar», indica este ganadero que ha pedido ayuda a la Junta de Castilla-La Mancha y a la Delegación del Gobierno en esta comunidad. «La respuesta que me dan es que no pueden llegar y que actúe con mis medios. Sólo han venido los bomberos y se han limitado a precintar la nave por riesgo de nuevos desprendimientos», denuncia el dueño de esta explotación en la que los animales soportan 18 grados bajo cero durante las noches «sin agua y sin poder alimentarlos».

Este es, precisamente, un problema común a otras naves ganaderas de la provincia de Toledo afectadas por la tormenta Filomena. Según la organización agraria ASAJA, no hay suministro de materias primas -pienso y grano- para la alimentación animal por el mal estado de las carreteras, que dificulta la llegada de los transportistas a las granjas. Sólo los ganaderos que disponen de granero pueden paliar en parte este problema con el grano almacenado.