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«Esto es una locura». José Luis Tuset tiene una farmacia en un barrio residencial de la periferia de Madrid, y desde hace semanas no deja de recibir clientes que le preguntan por lo mismo: «¿Tiene test rápidos de antígenos?». Si cuando entran por la ... puerta son más de las doce del mediodía, lo normal es que ya no lo quede ni uno. Porque los está recibiendo con cuentagotas. Y la situación va a empeorar. Lo que le ocurre a Tuset se parece mucho a lo que está sucediendo cada día en las más de 22.000 farmacias que hay en nuestro país. Y también empieza a 'sonar' a lo que ocurrió, allá por marzo del año pasado, con las mascarillas. ¿Se acuerdan?
Desde un poco antes del `pasado Puente de la Constitución, pero sobre todo estos días por el desbocado número de contagios y dada la proximidad de las fiestas de Navidad y las comidas y cenas familiares que se avecinan, la demanda de las autopruebas de detección de la covid para realizar en casa se ha disparado. Ayer mismo, la consultora especializada en gestión sanitaria, IQVIA, presentó un informe de seguimiento de la venta en farmacias de los test de antígenos, correspondiente a la semana del 29 de noviembre al 6 de diciembre, en el que indica que se produjo un incremento del 545%. Y los crecimientos en los últimos días son cada vez más acentuados.
La situación ha llegado a tal extremo que el laboratorio Cinfa, el principal en el mercado farmacéutico español, se ha quedado sin stock y ha anunciado que no va a poder atender nuevos pedidos hasta el 3 de enero. «Debido a la fuerte demanda que hemos tenido de nuestro test auto-diagnóstico covid-19 en estas últimas semanas, nos hemos quedado sin stock puntualmente y no vamos a poder atender nuevos pedidos hasta el próximo lunes 3 de enero de 2022», dice Cinfa en una nota remitida a sus clientes.
El laboratorio, que importa los test de antígenos desde China, había reforzado sus reservas con un stock adicional para poder afrontar la demanda de estas fechas, «pero el fuerte impacto» de la nueva oleada de casos «unido, probablemente, a la dificultad de encontrar en estos momentos otras alternativas de tests en el mercado» han disparado la demanda de este producto «de forma exponencial». Cinfa también atribuye los problemas a «la complicada situación del transporte a nivel mundial«, que les impide recibir a tiempo los lotes de autotest que les llegan desde los laboratorios chinos.
Los test rápidos de antígenos llegaron a las farmacias españolas a finales de 2020 y desde entonces es posible adquirirlos en estos establecimientos por un precio (que es libre, no como el de los medicamentos, que está regulado) que oscila entre los tres y los ocho euros por unidad, aunque la media suele ser de 5 o 6 euros por unidad. También se venden en lotes de 5, 10, 25, 50, 100 y hasta de 250 y 500, pero de esos, al menos en farmacias como la de José Luis, ya no quedan. «Esta mañana he recibido 40 unidades y a estas horas, las 11 de la mañana, solo me quedan ocho», dice José Luis, que en su caso recibe los test de una cooperativa farmacéutica.
Fuentes del Consejo de Farmacéuticos señalan que no creen que se produzca un desabastecimiento «general» de estos productos, porque hay empresas distribuidoras y cooperativas farmacéuticas que cuentan con stockaje suficiente para llegar a todas las boticas. Atribuyen los problemas a un «pico puntual» que se ha producido en Madrid tras el anuncio del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso de repartir gratuitamente más de 3 millones de tests «para la detección precoz de cara a las próximas navidades», como anunció el consejero de Sanidad de la Comunidad, Enrique Ruiz Escudero. Lo cierto es que este reparto, que estaba previsto para empezara el pasado miércoles, ha tenido que retrasarse una semana por el problema de suministros. Los madrileños tendrán que esperar hasta la semana que viene para poder recogerlos en las farmacias.
También desde Fedifar (la federación de distribuidores farmacéuticos) atribuyen la falta de suministros «a un problema puntual de stock». Se trata, dicen, «de un incremento puntual que ha podido tensionar un poco el suministro, pero hay suficiente stock para hacer frente a la demanda», señalan fuentes de esa entidad.
La mayoría de los test de antígenos emplean un hisopo que se introduce en la nariz unos dos centímetros. Una vez tomada la muestra, se introduce en un tubo de plástico donde se añade el líquido reactivo y, tras mezclar, se vierten unas gotas sobre la tarjeta de plástico que dará el resultado. No obstante, estas pruebas de antígenos no son concluyentes. Es relativamente frecuente que personas con pruebas de antígenos negativos, den después positivo en una PCR, que se analizan en laboratorios. Es decir, un sí es claramente un sí, pero de un no, «no te fíes al cien por cien».
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