Así debes actuar ante un incendio

Los diez fallecidos en Villafranca de Ebro se suman a las numerosas víctimas de otros fuegos registrados durante los últimos años en España. El siniestro más trágico ocurrido hasta ahora acaeció el 7 de julio de 1992 cuando doce personas -nueve de nacionalidad polaca y tres españoles- fallecieron asfixiados al incendiarse un bloque de viviendas en la localidad madrileña de Móstoles.

Entre las causas que originan las llamas en los incendios en hogares y residencias figuran el mal uso de los aparatos eléctricos, seguido de la utilización de estufas, chimeneas y braseros. En esta tesitura, y ante la falta de conocimientos generales sobre cómo afrontar una situación de riesgo de este tipo, la compañía especializada Iberext y el sargento de los bomberos de Calahorra (La Rioja) Rubén Garrido ofrecen orientaciones para saber qué hacer y qué no cuando se desata un fuego.

Lo primero, apunta Garrido, es mantener la calma y «avisar a los servicios de emergencias al 112». En esta llamada nos facilitarán información sobre cómo actuar mientras llegan los efectivos. «Desde la activación del centro coordinador hasta que salimos por la puerta con los camiones equipados pasan menos de 2 minutos y entre 7 y 12 hasta llegar al domicilio afectado», calcula los tiempos el sargento.

En esos momentos cruciales, ¿qué hacer? Garrido indica que debemos hacernos una pregunta: ¿hay humo en la salida de evacuación? En caso afirmativo, «debemos confinarnos en la estancia de la vivienda más alejada a la zona afectada por el humo y donde nos podamos hacernos visibles. Cerraremos las puertas a nuestro paso y pondremos toallas húmedas debajo de las puertas». Si no hay humo en la salida, saldremos de la vivienda, cerrando la puerta y avisando a los servicios de emergencia de que no hay nadie en el interior de la casa. «Toda la información es de vital importancia». El experto advierte de que el humo es la causa de muerte en el 80% de estos incendios.

Si el incendio está en pisos inferiores «la respuesta más segura es permanecer en casa y no intentar salir. Avisaremos a los servicios de emergencias y cerraremos todas las puertas. 'Cerrar la puerta al fuego' debe ser el mensaje principal si pensamos en la seguridad de las personas. Una puerta cerrada evitará siempre que el fuego y el humo se propaguen al resto de la vivienda y el edificio», advierte Javier Elorza, subinspector del servicio de Bomberos de Bizkaia.

«No hay nada más triste que ver como una vida humana se pierde, por no tener unas nociones mínimas de prevención, autoprotección y primeros auxilios», lamenta Garrido.

Aunque a veces son inevitables, hay precauciones que podemos tomar. «Lo primero es comprobar que el piso o la oficina tiene las medidas de protección adecuadas y saber cómo funcionan». Estas serían «un extintor accesible, una manta ignífuga y detectores de humos multifunción para ser alertados de cualquier conato de fuego». «Hay un lema entre la comunidad bomberil que intentamos que llegue a toda la población, 'cierra una puerta, pon un detector'. Este aparato simple y barato salva vidas; con el podríamos reducir exponencialmente las muertes provocadas por incendios», señala Garrido. «Este aparato autónomo dura hasta 10 años, se coloca en 5 minutos y cuesta menos de 20 euros», amplía Elorza.

También hay que saber dónde está la salida de emergencia y asegurarse de que las puertas que actúan como seccionadores (situadas entre el hueco de la escalera y la puerta de casa) están cerradas.

En cuanto al uso de extintores por parte del ciudadano común, Elorza se muestra crítico, porque «aunque puede ser muy eficaz en muchos casos, en otros puede incitar a exponerse a un riesgo más allá de lo razonable». El experto señala que el mejor extintor para el uso en vivienda es sin duda el de agua con aditivo. «Un extintor de agua moderno tiene una capacidad dieléctrica de 3.000 V a 1 m, que protege de sobra de los 240 V domésticos, además de la protección que ofrecen los disruptores automáticos de la instalación», concluye.

Una vez declarado el fuego, siempre y cuando no se encuentre en un estado de desarrollo avanzado, se aconseja cerrar el gas y cortar la corriente eléctrica. En caso contrario, hay que evitar emplear tiempo en desplazarnos hasta el punto de corte del gas, ya que suele estar en el fondo de la cocina, cerca del balcón o de la fachada por la que entra el suministro. «Esto puede ponerle en peligro y condicionar las posibilidades de ponerse a salvo», apunta Elorza.

Precaución con el agua: no se le puede echar a todo. Por ejemplo, nunca a una sartén ardiendo porque el aceite, al ser menos denso que el agua y evaporarse el agua antes, podríamos provocar un rebosamiento por ebullición».