España es más vulnerable ahora frente a las tormentas y las grandes olas de calor

Japón, Filipinas y Alemania fueron, según el informe de la ONG, los tres países más afectados en 2018 por los efectos de la emergencia climática, que ya no distingue entre naciones pobres y ricas. Así, las inundaciones, las olas de calor y el peor tifón en un cuarto de siglo dejaron en 2018 en Japón centenares de muertos, miles de damnificados y más de 35.000 millones de dólares en daños, estima Germanwatch. En Alemania, por su parte, la prolongada ola de calor y la sequía del pasado verano causaron 1.250 muertes prematuras y pérdidas por valor de 5.000 millones de dólares, principalmente en el sector agrícola.

«En Europa, las situaciones de calor extremo son entre diez y cien veces más probables que hace un siglo«, ha apuntado la investigadora de Germanwatch Laura Schafer. Y todo esto cambio, por supuesto, de la mano del hombre. »La evidencia científica reciente ha establecido un vínculo claro entre el cambio climático y la frecuencia y severidad del calor extremo«, ha agregado Schafer.

Pero la extensión de la amenaza a los países ricos no sirve de ningún consuelo a los pobres. Filipinas, por ejemplo, sufrió en septiembre el tifón Mangkhut, de categoría 5, que alcanzó velocidades de 270 kilómetros por hora, afectó a 250.000 personas y dejó 59 víctimas mortales, principalmente por deslizamientos de tierras tras las lluvias.

Filipinas es la constatación de que los países pobres siguen estando en la primera línea de fuego de la emergencia climática, peor preparados y con menos recursos para plantarle cara: Madagascar, India, Sri Lanka, Kenia, Ruanda y Fiji completan los diez primeros puestos del Índice de Riesgo Climático 2020 de Germanwatch, donde sólo aparece otro país rico, Canadá, en noveno lugar.

El informe de Germanwatch también abre el foco para mostrar qué países han sido los más afectados por eventos climáticos extremos en el periodo entre 1999 y 2018. Se trata de Puerto Rico, Myanmar y Haití, estos dos últimos «históricamente sujetos a eventos extremos», ha destacado Renato Redentor Constantino, director ejecutivo del Instituto para el Clima y las Ciudades Sostenibles (ICSC). El caso de Puerto Rico es particular, ya que las catástrofes excepcionales tienen un impacto tan fuerte que lleva al país a la parte más alta del informe.

En las dos décadas analizadas, murieron 495.000 personas en total como consecuencia directa de más de 12.000 fenómenos meteorológicos extremos y las pérdidas económicas ascendieron a unos 3,19 billones de euros. «Los resultados disponibles resaltan la particular vulnerabilidad de los países más pobres a los riesgos climáticos», detalla Germanwatch.

«Especialmente en relación con su capacidad económica y su población, los países en desarrollo se ven mucho más afectados por las condiciones meteorológicas extremas que los países industrializados. Las pérdidas financieras absolutas son significativamente mayores en los países ricos. Sin embargo, en los países de bajos ingresos, las muertes, la miseria y las amenazas existenciales por el clima extremo son mucho más probables», concluye el informe, que también exige «generar y poner a disposición los recursos financieros necesarios» para que los más vulnerables puedan superar la emergencia climática.