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Dos participantes en la COP25, junto a una de las salas de negociación CRISTINA QUICLER / AFP
Cuatro grandes temas enfrentan a los países de la Cumbre del Clima

Cuatro grandes temas enfrentan a los países de la Cumbre del Clima

Las negociaciones de la COP25 siguen abiertas en el mercado de carbono, las aportaciones a los fondos de adaptación y el grado de ambición, con bloques de países que miden cada movimiento

Jueves, 12 de diciembre 2019

La presidencia chilena de la COP25 quiere que la conferencia termine el viernes, como estaba pautado. Lo recordó Carolina Schmidt cuando cerró la plenaria del jueves en la mañana, en la que los facilitadores de los acuerdos explicaban el estado de sus respectivos pliegos. Hay ... dos temas que están “maduros”: finanzas e igualdad de género, asegura una fuente de las negociaciones. Los países que negocian se dividen en dos grandes grupos según sus intereses, pero también según sus percepciones. En un lado están las delegaciones que están en contra de que las decisiones sean influidas por actores ajenos a la diplomacia oficial, como bancos de inversión o activistas.

Chocan frontalmente dos visiones de abordar las soluciones multilaterales. La clásica, en la que sólo intervienen gobiernos con cierta opacidad, versus la nueva, en la que la discusión se abre, hasta ciertos límites, pues el acceso de todas las reuniones sectoriales eran a puerta cerrada. En general, la división entre las partes está en qué hacer en 2020. Los países de un grupo quieren aumentar ya los compromisos, y los del otro lado pretenden apurar hasta el último día el ciclo acordado en París, que les permite mantener sus posiciones sin alterarlas hasta 2023.

La agenda está abierta en varios puntos, como el mecanismo que debe adoptar el mercado de carbono, la cantidad y la procedencia de las aportaciones a los diferentes fondos de adaptación y transición y, por último, el tope que tendrán los nuevos compromisos. Sin embargo, ante el apuro de la presidenta de la COP25, de no alargar ni un día más las negociaciones, como suele suceder en las anteriores conferencias, cuyos resultados se refrendan unas 48 horas después de lo programado, podría suceder que el texto no sea todo lo “limpio” que se pretendiera en un principio, o que, en caso de que las resistencias perduren, queden pendientes algunos puntos tratados. Hay coincidencia en que no vale sacar un acuerdo a cualquier precio.

Carbono y dinero

El primero, los mecanismos del mercado de carbono. Aunque la normativa concreta y única está estipulada para aprobarse el año que viene, se quería adelantar la forma en que se aplicaría a todos los países y empresas. Se discute que aquellos que no lleguen a cero emisiones, paguen, hasta que puedan cumplir, y se buscan instrumentos adecuados para evitar la doble contabilidad de carbono, que además garantice un cómputo real. Hay países que se beneficiaron de los compromisos de Kioto: Brasil, India, China, señala la fuente de las negociaciones.

Estos tres son los gigantes que se alinean en una de las esquinas, y se resisten a que se abandone un sistema contable que, de quedarse como está, podría continuar beneficiándoles. A pesar de sus potentes economías, tienen una gran fragilidad social. Estas naciones, junto a otras de menor tamaño, se muestran reticentes a aumentar la ambición en la acción climática, prosigue esta fuente. India, por ejemplo, tiene un sólo recurso para generar energía, el carbón. Dos aspectos nuevos entran en el debate. Por un lado, que el cuidado de los océanos sea parte de las contribuciones de cada nación a partir de este año, como pide Chile. Esta idea generó otra: que los suelos también tengan una consideración similar, como solicita otro grupo liderado por Arabia Saudí.

Vinculadas a las emisiones de carbono están las aportaciones a los “fondos de adaptación”, destinados a invertir en recursos de resilencia a los países en desarrollo. Nuevamente divididos en dos, están las partes que las consideran insuficientes. La Unión Europea pide subir el porcentaje y alimentar la partida con nuevas cuotas. También relacionado con la financiación, pero en un apartado distinto, se discute la fortaleza de estos fondos. Las partes quieren reforzar la necesidad de financiación y activar grupos específicos de trabajo para afrontar las grandes crisis humanitarias que se esperan, pero coinciden en que la magnitud del reto sobrepasa este foro.

Ganar tiempo

El tercer punto abierto se denomina ‘medidas de respuesta para las estrategias de diversificación económica’, con reuniones bilaterales que atañen sobre todo a las naciones cuya economía depende de un sólo rubro, como el petróleo. Aunque los países árabes sí disponen de recursos, hay otros como México, Brasil, Nigeria, Colombia, Ecuador, que no pueden emprender sin ayuda una transformación económica.

Finalmente, la cuarta cuestión engloba todo lo anterior, y se puede resumir en la “ambición” para tomar medidas, para conectarlas con la opinión científica, social y económica, y abordar los problemas de equidad dentro y fuera de los países. Aquí, siempre según esta fuente de la negociación, vuelven a separarse las posiciones por la percepción con respecto al papel de la ciencia. Algunos delegados objetan los planteamientos del Panel de Naciones Unidas para el Cambio Climático (IPCC) con respecto a los escenarios de la tierra, el clima, los océanos.

Finalmente, también hay ruptura entre los países en desarrollo y las mayores economías del mundo. Los primeros solicitan, previo a proseguir con nuevas acciones climáticas, que se haga una evaluación de las actuaciones que todos los países han hecho antes de 2020. De esta manera buscan frenar esa meta de “más ambición y más actuación”, que persigue la COP25.

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