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El consumo de alcohol, tabaco y cannabis descendió durante la pandemia, mientras que el uso de hipnosedantes sin receta aumentó ligeramente y el juego online permaneció sin cambios. Son, a grandes rasgos, los datos que se extraen de la encuesta realizada por el Observatorio ... Español de las Drogas y las Adicciones (OEDA) sobre el impacto que la pandemia de covid-19 tuvo durante 2020 en el patrón de consumo de sustancia psicoactivas y otros comportamientos con potencial adictivo.
El trabajo de campo se desarrolló entre los meses de noviembre y diciembre del pasado año a través de un cuestionario telefónico de un cuarto de hora que se realizó a 7.886 personas de entre 15 y 64 años, 3.961 hombres y 3.925 mujeres, y otras 894 personas mayores de 64 años.
El primer mito que derriba el informe es la idea de que el consumo de alcohol había aumentado, a tenor de la compra masiva de bebidas alcohólicas que se registró en los supermercados. «En realidad el consumo global disminuyó porque teníamos cerrado todo el canal de restauración y hostelería», detallaba este viernes Joan Ramón Villalbí, delegado del Gobierno del Plan Nacional sobre Drogas. La caída ha sido una constante en todos los grupos de edad y en ambos géneros, aunque se notó mucho más en el grupo que conforman los menores de 25 años. A juicio de Villalbí, el descenso apuntala que «cuando hay menos acceso y disponibilidad, disminuye el consumo».
Así, antes de la pandemia la prevalencia en el consumo de alcohol era del 62%, mientras que durante la misma ha sido del 57,3%, lo que su pone una bajada de casi cinco puntos, que en el caso de los jóvenes de 15 a 24 años alcanza el 25%. También disminuyeron las borracheras, en ambos sexos y en todos los grupos de edad. Su prevalencia antes era del 17,2%, cayendo hasta el 9,7% en pandemia. De nuevo aquí el mayor descenso se produce en los grupos de menores de 25 años, pasando en los hombres del 46,2% al 25,3%, y en las mujeres, del 41,3% al 22,8%. El 16% de la población de 15 a 64 años encuestada realizó, durante la pandemia, un posible consumo de riesgo de alcohol, siendo mayor el consumo de riesgo de alcohol en hombres (17,3%) que en mujeres (14,8%). «Hay gente -señala Villalbí- que consumía alcohol y ha dejado de hacerlo. Hay una gran parte que ha disminuido el consumo y una pequeña parte que lo ha incrementado, así que el patrón está claro».
La encuesta pone de manifiesto que el consumo de tabaco disminuyó «ligeramente» durante la pandemia (su consumo anteriormente era del 29,1% y descendió hasta el 27,7% en pandemia), en todas las edades y en ambos sexos, excepto entre las mujeres de 25 a 34 años y las de 45 a 54, donde se mantiene más o menos estable. Más destacable resulta que, en los grupos de edad más jóvenes y en los adultos por encima de 60 años, el descenso es cercano al 10%.
Por otro lado, en cuanto a la sustancia ilegal más consumida, el cannabis, también se observa una disminución del consumo en ambos sexos y en todos los grupos de edad, con una prevalencia de consumo antes de la pandemia 7,8%, que ha bajado hasta el 6,5%. Villalbí achacó el descenso a que el acceso al cannabis es más difícil: «Con el confinamiento, se cerró el comercio internacional, el movimiento de personas y por tanto hubo una disminución importante de la llegada de sustancias a nuestro país, lo que se tradujo en menos disponibilidad, precios más altos y productos más adulterados». Por la misma razón el consumo de cocaína, también presenta una disminución del 1,4%, anterior a la pandemia, al 1%. Tal ha sido la dificultad para acceder a algunas sustancias que «se han incrementado las peticiones de tratamientos para personas que llevaban años consumiendo porque se han planteado dejarlo», relató. En este sentido, el delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas aseguró que muchos de los centros que se ocupan de dar respuesta a estas personas estaban en situación precaria durante la pandemia, «con personal sanitario de baja, intentando el teletrabajo con una población con la que es complicado porque muchas veces son personas sin techo y en ese contexto tuvieron que afrontar un pico de demandas».
Menos positivos son los datos respecto al consumo de hipnosedantes sin receta, donde se observa un aumento del consumo al escalar la prevalencia de consumo del 1,9% al 3,1%. Asimismo, el 1,3% de la población de 15 a 64 años encuestada afirma haber consumido analgésicos opioides sin receta tanto antes como durante la pandemia por covid-19, sin diferencias por sexo.
El uso de internet por diversión es una actividad realizada por la mayoría de la población tanto antes como durante la pandemia. No se encuentran cambios en el patrón de uso por sexo ni por grupos de edad, salvo en los mayores de 59 años, donde disminuye ligeramente. Sí que se observa un aumento significativo del número de horas dedicado a esta actividad, siendo de media 2,5 horas en un día cualquiera antes de la pandemia (ya sea entre semana o en fin de semana) y de alrededor de 3,5 horas durante la pandemia.
Durante la pandemia, como es lógico, disminuyó la prevalencia de juego con dinero de manera presencial, algo que se relaciona con «los locales cerrados y con el hecho de que no había fútbol y por lo tanto no había quinielas», señaló Villalbí. En cambio, los juegos de azar y las apuestas online permanecieron sin cambios en ambos periodos. Eso sí, en el grupo de los menores de 25 años, hubo incluso un pequeño aumento del 7,4% al 7,9% en la prevalencia entre antes de la pandemia y después.
Villalbí calificó de «proeza y heroicidad» el estudio. «Tuvimos que suspender la encuesta que hacemos cada dos años a domicilio porque empezó la pandemia y en poco tiempo pusimos la encuesta telefónica que completara con datos de lo que estaba pasando durante la pandemia», explicó. «Estos datos son muy nuevos. Es de las pocas encuestas representativas en todo el mundo sobre lo que ha pasado durante la pandemia. Representativa de la población residente en España de más de 14 años. Nos permite tener una foto muy exacta de lo que ha pasado en España durante este periodo», dice.
Dijo la ministra de Sanidad, Carolina Darias, que la encuesta demuestra que «es posible cambiar los hábitos y tendencias adictivas. Debemos explorar desde las instituciones públicas todas aquellas vías que puedan incidir en seguir bajando tendencias adictivas».
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