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El ADN confirma la muerte de Sandra Bermejo y pone fin a dos meses de trágica búsqueda

Pese a que el análisis de la dentadura no encontraba coincidencias, las pruebas biológicas confirman que se trata de la joven psicóloga afincada en Gijón. Los restos mortales serán entregados en los próximos días a los familiares de la joven

OLAYA SUÁREZ

Gijón

Jueves, 5 de enero 2023, 07:57

El ADN ha determinado que el cadáver hallado en el Cabo Peñas el 23 de diciembre es el de Sandra Bermejo. Las pruebas biológicas realizadas por la Brigada de la Policía Científica de la Comisaría Provincial de A Coruña confirman que el material recogido durante ... la autopsia y analizado en el laboratorio territorial de biología resulta compatible con el perfil genético obtenidos de pruebas indubitadas de la joven madrileña afincada en Gijón.

La confirmación de la identidad llegaba dos semanas después de que los exámenes forenses preliminares apuntasen en otra dirección por el cotejo de la dentadura de los restos mortales y las radiografías dentales aportadas por la familia de la joven psicóloga afincada desde hacía dos años en Gijón, a quien se le perdió la pista el 8 de noviembre. Sí se apuntaba ya que el cadáver (localizado por un pescador en un pedreru del Cabo Peñas) correspondía a una mujer joven, de entre 25 y 35 años y que los restos mortales podrían llevar en el agua unos dos meses, un periodo que coincidía con la ausencia de Sandra, tal y como adelantó EL COMERCIO. No constaba ninguna denuncia por desaparición que coincidiese con ese perfil. Ni en Asturias, ni en otras comunidades autónomas próximas. La familia de Sandra contenía la respiración a la espera de los resultados definitivos de la autopsia.

A lo largo de estos dos meses los allegados de la joven habían mantenido la esperanza de que apareciese con vida, un extremo mantenido también desde la asociación SOS Desaparecidos, cuyo portavoz Joaquín Amills llegó a criticar dura y abiertamente la labor de la Policía Nacional.

Con la verificación de la identidad, la familia puede iniciar el difícil duelo de despedir a un ser querido. Ayer, fueron informados por los encargados de la investigación de que el cadáver era el de Sandra. Los restos mortales les serán entregados en los próximos días.

El hallazgo del cadáver confirma la principal línea de investigación de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Comisaría de Gijón: buscaban a la joven psicóloga de 32 años en el mar Cantábrico. Los trabajos policiales realizados descartaban indicios de criminalidad y apuntaban a una desaparición voluntaria. Sandra atravesaba una depresión desde hacía tiempo, como así declararon sus allegados. Había trasladado su residencia desde Madrid a Gijón hacía dos años en un intento de dar un giro a su vida que le ayudase a seguir adelante.

Durante todo ese tiempo mantuvo escaso contacto con su familia, hizo lazos de amistades en Gijón, pero no consiguió establecerse profesionalmente en Asturias. Las últimas semanas de vida su entorno la notaba preocupada.

Intensos rastreos

El Cabo Peñas fue escenario de numerosos rastreos, batidas por tierra, mar y aire. Llegaron a participar durante días el Grupo Especial de Operaciones (GEO) llegado desde Guadalajara. Ni rastro de Sandra. Fue a primera hora del viernes 23 cuando un pescador de Candás localizaba un cadáver en estado de descomposición en la zona de Solarriba, a menos de un kilómetro de donde había sido encontrado el vehículo, adelantaba este periódico. La Guardia Civil (encargada de la demarcación de Gozón) y el servicio del Salvamento Marítimo se hacían cargo de los restos mortales, que posteriormente se llevaron al Instituto de Medicina Legal. Allí, la misma mañana de Nochebuena, los forenses le practicaban la autopsia en presencia de agentes de la Policía Nacional y también de la Guardia Civil. Pese a que de forma inicial se descartaba que se tratase de Sandra, la ciencia finalmente ha tenido la última palabra.

«Era una chica muy risueña, siempre dispuesta a conocer a gente nueva»

Fueron casi dos meses de angustiosa búsqueda. Dos meses en los que la familia de Sandra Bermejo contenía la respiración y mantenía la esperanza de que la joven psicóloga fuera encontrada con vida. A lo largo de semanas la Policía Nacional les informó sobre los pasos que iba dando en las investigaciones y todas desembocaban en el mismo camino: Sandra Bermejo estaba en el mar Cantábrico. Y así quedó demostrado.

Madrileña, de 32 años, psicóloga de profesión, apasionada de su trabajo, decidió poner distancia de su entorno y establecerse en Gijón. Quería un cambio radical en su vida para intentar recomponer lo que empezaba a derrumbarse. Sandra no estaba bien. Su estado anímico en los últimos tiempos era «muy delicado», según su entorno, y buscaba que un cambio de aires le ayudase. Hace dos años alquiló un piso en la calle Velázquez, empezó a pasar consulta a pacientes online, se apuntó a clases de teatro y frecuentaba grupos de terapia alternativa, una práctica a la que ya se había acercado en Madrid.

«Era una chica muy risueña, siempre dispuesta a hacer planes, a conocer a gente nueva, era muy extrovertida», la recuerdan sus amigos. Pese al bache emocional que atravesaba, a su entorno la desaparición le pilló por completa sorpresa. Rechazaban frontalmente que hubiese decidido poner fin a su vida y aguardaban que la investigación llevase a otros puertos.

Una vez confirmada la identidad del cadáver con los análisis de ADN, el juzgado de Instrucción número 3 autorizará la entrega del cadáver de la joven a la familia.

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