El confinamiento está poniendo contra las cuerdas a los guías turísticos, un gremio que cree que será de los últimos en incorporarse a la actividad. Estos profesionales fían para largo la vuelta a la normalidad, dado que su trabajo depende en buena medida de la ... reapertura de fronteras y vuelos, algo que llevará su tiempo. Sobreviven gracias a la ayuda especial por desempleo o por cese de actividad, según los casos. Para la presidenta de la Confederación de Guías Oficiales de Turismo de España (Cefapit), Almudena Cencerrado, la incertidumbre planea sobre todo el colectivo. Los más de 15.000 guías turísticos, en su mayoría autónomos, reunidos en torno a Cefapit sufren un parón absoluto. La dirigente de la organización predice cambios en el sector tendentes a evitar las grandes aglomeraciones, de manera que los autobuses de pasajeros se aliviarán de carga y los museos serán mucho más estrictos en la admisión de visitantes.
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Rubén Arauxo, vicepresidente de la Asociación Profesional de Guías Turísticos de Galicia, asegura que el colectivo está trabajando con el Instituto para la Calidad Turística Española (ICTE) con el fin aprobar algún modelo que pueda servir de referencia para toda España. «Somos un factor determinante en el control de flujos turísticos, ya que movemos a los grupos a través de la ciudad, estamos con los viajeros en el autobús, el hotel, el museo... También es cierto que nuestro trabajo depende mucho de las agencias de turismo», cuenta Arauxo.
Al menos, mientras capean el temporal, reciben la ayuda extraordinaria por desempleo recientemente aprobada por el Gobierno y que ha incluido entre sus beneficiarios a los autónomos. Esta prestación puede rondar los 660 euros de media y está concebida para los trabajadores que acrediten que sus ingresos se han reducido al menos un 75% a causa de la crisis sanitaria.
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Manuel Serrano, guía turístico y miembro de la asociación Pasión Tours, de Sevilla, confía en que en el verano se aprecie cierta recuperación proveniente del turismo nacional. «Vamos a ser los últimos en salir, para lo cual necesitamos que se reabran las fronteras. En Sevilla dependemos mucho de los viajeros alemanes y británicos, así como de los estadounidenses, japoneses y chinos», explica Serrano, quien ha tenido que cortar de raíz todos los gastos superfluos. «Me he acogido a la moratoria en el pago de la hipoteca. Gastamos en comida y poco más. E intentamos reducir al máximo la factura de la luz y el gas. Es la única forma de que los cuatro que somos de familia salgamos adelante».
En poco tiempo se ha pasado del todo a la nada. Hace tan solo unos meses España era el país que batía récord tras récord de visitantes. Unos 83,7 millones de turistas el año pasado. De las colas en los aeropuertos y las calles atestadas se ha pasado a las urbes desiertas y el tráfico aéreo bajo mínimos. «Hemos sido de los primeros en parar y me temo que vamos a ser los últimos en arrancar. Si no se prorrogan las ayudas, cuando pase el estado de alarma no tendremos ningún ingreso, absolutamente nada», dice Concha de la Torre, guía turística de Madrid.
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El coronavirus en cifras
Sara I. Belled óscar Chamorro
El mazazo ha venido cuando se preveía un mes de marzo espléndido. De la Torre aboga por que esa nueva normalidad de la que tanto se habla comporte el fin de la competencia desleal que suponen los 'free tours', esas visitas guiadas a cargo de personas que no tributan y que se tienen que conformar con la propina que les da el turista. Como no tributan cobran en negro, no están dados de alta ni como trabajadores ni como autónomos, carecen de seguro de responsabilidad civil y ofrecen un servicio de ínfima calidad.
De la Torre pide a la Comunidad de Madrid que determine cómo será la vuelta al trabajo y el número de visitantes que pueden componer un grupo a cargo de un guía. «Será necesario proteger y dar seguridad a los visitantes de que no va a haber un contagio. Está por ver si se llevarán pinganillos, si estos serán desechables, y qué pasará con los 'free tours'. Todo el dinero que se mueve es en negro. Se trasladan grupos de 60 y 70 personas, verdaderas avalanchas. Nosotros, los guías oficiales, hemos pasado por un examen muy duro, tenemos titulación universitaria y estamos controlados y registrados. Es muy importante que esto se tenga en cuenta», dice De la Torre.
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Esta guía turística ve como única solución viable a corto plazo alentar las visitas a pie, toda vez que los turistas serán muy reticentes a recluirse en un espacio cerrado como un museo.
¿Se podrá mantener la distancia de metro y medio en la Alhambra, uno de los monumentos más visitados de España junto a la Sagrada Familia? Miguel Campos, presidente de la Asociación de Guías e Intérpretes del Patrimonio de Granada, lo ve realmente difícil. «Si hay que guardar una fila con una distancia prudente, la cola puede llegar hasta Sierra Nevada». La asociación que dirige Campos ha sugerido a las autoridades que se habiliten túneles desinfectantes, controles de temperatura y audífonos que impidan que el aparato de voz toque la piel cuando se vaya a visitar un lugar.
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