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Luis J. Ruiz
Logroño
Martes, 22 de octubre 2019, 13:18
Borracho no iba, no, pero consiguió encender una a una todas las alarmas del drogotest, la prueba con la que la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil detecta si los conductores han consumido algún tipo de sustancia estupefaciente. Este las había consumido todas. ... Un 'repoker', una mano ganadora con la que, de momento, se ha llevado una multa de 1.000 euros, la pérdida de seis puntos del carné de conducir y una imputación como presunto autor de un delito contra la seguridad vial, que se puede convertir en una pena de tres a seis meses de cárcel o multa de seis a doce meses o trabajos en beneficio de la comunidad de 30 a 90 días, además de la privación del derecho a conducir de uno a cuatro años. El hecho de ser reincidente no le ayudará demasiado en su descargo.
El denunciado es un joven de 33 años, de nacionalidad española y vecino de la localidad turolense de Alcañiz. Hace unos días, explica la Guardia Civil en su nota sin concretar la fecha de la actuación, circulaba con su Citroën Xsara por la carretera Nacional 232 a la altura de la localidad riojana de Fuenmayor, en donde los agentes de Tráfico habían desplegado un dispositivo de control coincidiendo con el fin de semana. Cuando vieron aproximarse al coche del denunciado, su irregular conducción les hizos sospechar de que algo raro pasaba.
Acertaron de pleno, aunque no podían sospechar que el positivo fuera por cinco sustancias estupefacientes. Tras realizar la prueba de alcoholemia (en la que dio negativo), los agentes pusieron en marcha el drogotest, tomaron una muestra de la saliva del conductor, la introdujeron en el dispositivo y una a una fueron saltando las alarmas: positivo en cocaína, positivo en opiáceos, positivo en anfetaminas, positivo en metanfetaminas y positivo en THC.
Matrícula de honor en consumo de drogas para un conductor «multirreincidente en delitos e infracciones contra la seguridad vial». De hecho, hace apenas tres meses ya estuvo implicado en un accidente que se registró en la A-22, en las proximidades de la localidad oscense de Monzón. Aquel siniestro se saldó con daños materiales, pero cuando la Guardia Civil le hizo el control de drogas dio positivo. Aquel día, dado el resultado, se había moderado: sólo dio positivo en cocaína y opiáceos.
La Guardia Civil apunta en su nota que según la Ley de Seguridad Vial la conducción bajo los efectos de las drogas es una infracción muy grave que está castigada con una sanción de 1.000 euros y la retirada de seis puntos del permiso de conducir. Más allá de esa parte administrativa, es también un delito recogido por el Código Penal con penas de hasta seis meses de prisión.
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