La ciudad de Toledo sigue paralizada por la nieve

De hecho, este lunes Toledo llegó a registrar 9 grados bajo cero y se superarán los 10 bajo cero el martes y miércoles. Por eso, la alcaldesa de Toledo, Milagros Tolón, insistió este lunes en pedir a los ciudadanos que no salgan de sus casas tras este temporal, sólo comparable al que se vivió en 1903, con una nevada que ha dejado medio metro de espesor.

«Queremos recobrar la normalidad cuanto antes y sólo pedimos paciencia», indicó la alcaldesa. Para que esto sea posible, efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME), de la Brigada de Infantería Mecanizada y de la Brigada Paracaidista (BRIPAC) del Ejército de Tierra comenzaron este lunes a despejar vías para garantizar de forma prioritaria la movilidad en el casco histórico -habitado por numerosos ancianos-, el servicio del AVE Madrid-Toledo -los autobuses entre ambas capitales aún no están operativos- y la conexión entre los barrios. A estas unidades también se sumó este lunes la Brigada de Refuerzo de Incendios Forestales que depende del Ministerio para la Transición Ecológica.

Sin autobuses urbanos, lo que todavía sí funciona en la ciudad de Toledo es el suministro eléctrico. Lo mismo no pueden decir 1.826 hogares de pueblos de la provincia de Toledo como Lillo, Mora, Villamuelas o Villanueva de Bogas, sin luz desde el fin de semana.

En otro municipio, Buenasbodas, la Guardia Civil tuvo que rescatar durante el fin de semana a once personas, entre ellas cuatro menores, que habían quedado atrapadas por la nieve en la Sierra de Belvís de la Jara, con la ayuda de los tractores de los agricultores de la zona que despejaron varios caminos.

La provincia de Toledo y, sobre todo la capital, apenas registran actividad en sus centros de trabajo en el inicio de la semanan y la Junta de Castilla-La Mancha ha pedido a sus empleados públicos que no acudan, de momento, a sus puestos de trabajo y teletrabajen los que así puedan hacerlo. Este lunes se dio otra situación paradógica: centenares de trabajadores que residen en los pueblos del entorno y trabajan en la capital tuvieron que regresar a sus casas porque no encontraban donde aparcar sus coches ya que todas las aceras y plazas de aparcamiento estaban repletas de nieve helada y los parkings subterráneos se llenaron enseguida.