Sánchez Ron, rodeado de libros antiguos. R. C.
JOSÉ MANUEL SÁNCHEZ RON | HISTORIADOR DE LA CIENCIA

«Con el nombramiento de Pedro Duque como ministro se buscó lo más llamativo»

El físico y académico de la RAE publica una obra monumental sobre la historia de la ciencia en España, desde Isidoro de Sevilla hasta el siglo XX

Martes, 3 de noviembre 2020, 00:19

José Manuel Sánchez Ron acaba de publicar una ambiciosa obra de más de mil páginas, 'El país de los sueños perdidos' (Taurus), en el que repasa el devenir de la ciencia en España. Hombre templado y de hablar pausado, le saca de quicio que todavía ... no haya un museo en condiciones para exponer el legado de Ramón y Cajal. El historiador considera una «vergüenza nacional» que la casa donde vivió el Premio Nobel en Madrid se haya restaurado para acoger pisos de lujo.

Publicidad

–¿El periodo visigótico no fue tan oscuro como se piensa?

–España fue durante bastante tiempo el eslabón que unía la cultura árabe con la greco-latina. Gracias a las traducciones al árabe se mantuvo el viejo conocimiento científico del mundo clásico.

–Y eso continuó con Alfonso X El Sabio.

–En la Escuela de Traductores de Toledo se reunieron eruditos que permitieron, por ejemplo, que el libro de Ptolomeo, que supone el clímax de la astronomía geocéntrica, se pudiera recuperar. De hecho, el tratado aún conserva su nombre en árabe, 'Almagesto'.

–¿Cuándo se torció el camino de la ciencia en España?

–En la época de Felipe II la ciencia no era mala, aunque estaba subordinada a que tuviese una aplicación. El país estaba muy necesitado de pilotos con conocimientos matemáticos, astronómicos y de otras disciplinas para explorar el Nuevo Mundo. Cuando en el siglo XVII se produce la revolución científica, España no es capaz de adaptarse a una ciencia orientada al conocimiento abstracto, el que se dirige a entender las leyes que rigen el comportamiento de la naturaleza.

–¿Existe una época dorada de la ciencia española?

–No se hace demasiado hincapié en lo que supuso para los españoles el encuentro con la flora y fauna de América, absolutamente diferentes de la europea. Hubo intentos de comprenderlo y expediciones científicas. Está el caso del sueco Carlos Linneo, una gran figura de la botánica y de la zoología cuyos criterios aún usamos para nombrar especies, sobre todo vegetales.

Publicidad

–¿El poder del catolicismo fue la causa de que los españoles dieran la espalda a la ciencia?

–No fue el principal factor responsable del retraso, aunque contribuyó especialmente a partir de los siglos XVIII y XIX. La Compañía de Jesús aportó a la ciencia más que otros estamentos como la aristocracia, más preocupada por salvar su alma e intereses materiales. Los científicos que utilizaron el cálculo infinitesimal que había desarrollado Newton tuvieron problemas con la Inquisición. También Odón de Buen y del Cos, fundador de la oceanografía española, se enfrentó a la Iglesia por su defensa de la teoría darwiniana.

«La figura de Ramón y Cajal es equiparable en el campo de las neurociencias a la de Newton y Darwin»

josé manuel sánchez ron. historiador de la ciencIA

–Supongo que el legado de Fernando VII fue horrible.

–El siglo XIX fue terrible para España, pero desde un punto de vista universal fue una centuria fantástica. Aparecen la teoría de la evolución de Darwin, las geometrías no euclidianas, el electromagnetismo, de James Clerk Maxwell… En la España decimonónica se produjo toda una cadena de hechos convulsos. Y si algo necesita la ciencia es estabilidad.

Publicidad

Dejadez «incomprensible»

–Le escandaliza que España carezca de un gran museo dedicado a Ramón y Cajal.

–Es incomprensible. En el campo de la neurociencia, Cajal se puede equiparar con Newton y Einstein. Los países que han tenido grandes científicos se han preocupado en publicar sus obras completas y correspondencia en buenas ediciones, convenientemente anotadas, lo cual no ocurre en España. Pero hay un detalle especialmente dramático: la casa de Cajal, en la calle Alfonso XII de Madrid, se ha restaurado, pero para acoger pisos de lujo. Leí en la prensa que algunas personas encontraron libros suyos con anotaciones en el Rastro. Es una vergüenza nacional.

–¿Ayuda en algo poner un astronauta al frente del Ministerio de Ciencia o es solo un gesto?

–No querría meterme mucho en esas cosas. Cuando le nombraron no se le conocía una gran experiencia en lo que se refiere a la política científica, algo que es imprescindible para un ministro. Es razonable sospechar que se buscó más lo llamativo y aparente. Lo cierto es que Duque no ha puesto a la ciencia española en órbita, como prometió en una expresión poco afortunada.

Publicidad

–¿Qué le parece la gestión de la pandemia que están haciendo el Gobierno y las comunidades autónomas?

–En lo que se concierne al campo científico, el manejo de las cifras, al menos en la primera fase de la pandemia, ha fallado completamente. La opacidad es especialmente irritante. El Gobierno asegura que se asesora con científicos, pero no quiere decir quiénes son. No se ha intentado siquiera hacer una evaluación independiente. Además, el portavoz del Gobierno en lo que se refiere a la pandemia ha dado a mi juicio muestras repetidas de falta de claridad, de explicar todo a posteriori, cosa que sabe hacer cualquiera que se ponga.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas

Publicidad