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RUBÉN FARIÑAS
Lunes, 22 de enero 2018
Lleva dos años ejerciendo como ingeniero en Birmingham. Había trabajado en una constructora española de proyectos ambientales. Ahora, ha decidido dejarlo todo y embarcarse en una aventura que le lleva hasta la Isla de Koh Tao, en Tailandia.
Carlos Mallo, leonés con ascendencia en la zona de Omaña, irá a trabajar al centro de conservación ‘New Heaven’ para llevar a cabo un proyecto de restauración de corales y otros ecosistemas submarinos.
Tiene una titulación de buceo profesional y los fines de semana, mientras residía en Tenerife, practicaba submarinismo. Es un apasionado de la restauración submarina y llevo a cabo actividades a pequeña escala hasta que se concienció del estado en el que se encontraban los océanos.
El año pasado viajó a las costas tailandesas y participó en un proyecto con un grupo de ecosistemas submarinos. En ese momento fue consciente de que se quería dedicar a ayudar a salvar estas especies y contribuir como ingeniero con estructuras submarinas a mantener la flora y fauna de los océanos.
Por todo ello, ha arrancado una campaña de crowdfunding para recaudar las 5.000 libras que necesita para comprar los equipos de medición con los que pueda tomar datos. Tras un mes de actividad, ha recorrido la mitad del camino gracias a la aportación de decenas de ‘micromecenas’.
Su intención es comenzar un nuevo proyecto de ingeniería ambiental que se basa en el estudio de las corrientes del mar y el flujo de nutrientes del agua, construir bloques de hormigón que simulen rocas calizas de manera que regeneren biomasa y diseñar y construir una turbina submarina que genere electricidad para un sistema de electrólisis –un conocido método de restauración acelerada de corales-.
También está trabajando con la Universidad Politécnica de Madrid en otro proyecto, aún potencial, que trate de acelerar trabajos a favor del ecosistema marino.
Es consciente de que existe un doble problema en los mares y ambos tienen la causa común del hombre. Por un lado, el aumento de la temperatura de las aguas debido al calentamiento global y el cambio del PH de las aguas por el carbono que está provocando su calcificación. En estas condiciones los corales no pueden sobrevivir.
Los corales serán solo el inicio de la aventura de este leonés. También está interesado en los plásticos, monitorizar su movimiento y el flujo de seguimiento de los mares.
Ahora, Carlos Mallo pide ayuda para recorrer este camino y reunir los fondos antes del 22 de febrero, fecha en la que llegará a Koh Tao, para adquirir todo el material necesario y luchar por dar viabilidad a este ecosistema marino.
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