BBVA premia a los investigadores que lideran la conservación de la vida en el mar

Los tres, añade, son «referentes absolutos» en la detección e investigación de tres de las amenazas más graves que, debido a la mano del hombre, sufren los océanos, de las que han alertado «de manera pionera», han «levantado acta» y han buscado y propuesto soluciones. Revelaron el gran papel que puede jugar el mar contra el cambio climático y alertaron de la destrucción de los arrecifes de coral y del declive mundial de la población de peces.

El español Duarte demostró ya hace más de dos décadas que los bosques marinos existentes en los ecosistemas costeros -praderas de posidonia, manglares, macroalgas o marismas- tienen una enorme capacidad para capturar CO2 de la atmósfera mediante la fotosíntesis y sepultarlo bajo los sedimentos del fondo marino. Se trata de sumideros naturales para frenar el cambio climático que retiran 15 veces más CO2 por hectárea que la selva amazónica.

Este biólogo logró cuantificar que, pese a ser solo el 0,2% del área de los océanos, los «bosques ocultos de la biosfera» son los responsables de retener la mitad de los gases de efecto invernadero que capturan los océanos. Sus descubrimientos han permitido poner en marcha la iniciativa mundial 'Carbono Azul', para regenerar estos bosques marinos costeros, de los que en el siglo XX se perdió más de la mitad, como fórmula para mitigar el cambio climático. Duarte avisó que, además de preservar estos ecosistemas, que «son la primera línea de defensa de la costa ante grandes tormentas en el Mediterráneo como 'Gloria'», la única forma de parar la reiteración de estos fenómenos extremos es aplicar, «con la máxima ambición», el Acuerdo de París.

El irlandes Hughes alertó, ya a mediados de los años 90, del enorme deterioro a escala planetaria que estaba provocando el calentamiento global en los arrecifes y barreras de coral -ayudado por la sobrepesca y la contaminación- y ha propuesto las medidas y acciones para paliarlo. Este fenómeno, inexistente hace 40 años, ya ha dañado y matado el 70% de estos ecosistemas. «La única solución real para salvar los arrecifes es detener el calentamiento climático en 1,5 o 2 grados máximo. Todavía no es demasiado tarde, pero debemos actuar ya», reclamó.

El francés Pauly puso en marcha en 1990 'Fishbase', la mayor base de datos digital sobre los peces, con información sobre 35.000 especies, en la que detalla las capturas a nivel mundial y las especies que están en declive o extinción. El científico indicó que, hasta ahora, el principal culpable del enorme daño ecológico es la pesca sin control, por lo que reclamó leyes restrictivas que limiten las capturas, subvenciones para parones o ceses de actividad, y la reducción a un tercio de la flota pesquera mundial. Sin embargo, también alertó del daño a muchas especies que ya provoca el calentamiento de la temperatura del mar, que está provocando que los peces se desplacen hacia los polos unos cinco kilómetros por año. Como sus compañeros, indicó que aún hay tiempo de evitar el desastre, pero solo sí se actúa ya y con contundencia.