b. r.
Miércoles, 5 de octubre 2016, 11:56
Los científicos Jean Pierre Sauvage, Fraser Stoddart y Bernard Feringa han ganado el Nobel de Química de 2016 por diseñar y producir algunas de las máquinas más pequeñas que ha creado la humanidad. Para lograrlo han sintetizado moléculas que, cuando se les aplica una cierta ... cantidad de energía, realizan funciones como si se tratasen de robots en miniatura. La mayoría son de un grosor cientos de veces más fino que un pelo. Estos desarrollos, que dieron sus primeros pasos hace tres décadas, han permitido crear una nueva química que va más allá de lo que la naturaleza puede hacer por sí misma y se cree que será vital para el desarrollo de nuevos materiales, sensores más precisos y rápidos y, también, mejores sistemas de almacenamiento de energía.
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Sauvage fue el primer investigador en abrir este campo. En 1983 consiguió entrelazar dos moléculas con forma de anillo y convertirlas en eslabones de una cadena. Llamó a su invento el 'catenano'. "Normalmente, las moléculas están unidas por fortísimos enlaces covalentes en los que los átomos comparten electrones, pero en esta cadena, estaban vinculada por un enlace mecánico y mucho más suelto", explican desde la Academia de las Ciencias de Suecia, que ha anunciado el premio este miércoles pocos minutos antes del mediodía.
Unos años después, en 1991, Stoddart creó el 'rotaxano', básicamente la primera rueda molecular artificial, formada por un eje y un anillo enhebrado y con capacidad de girar. La puerta para crear máquinas de tamaño microscópico se había abierto definitivamente. Con los años, y basado en este diseño original, el investigador escocés ha creado un ascensor molecular, un minúsculo músculo y hasta una especie de circuito digital de base orgánica.
Feringa, por su parte, fue el primero en crear un motor molecular. En 1999 logró que una minúscula hoja girase constantemente en la misma dirección. Su trabajo también ha permitido crear un nanocoche e incluso mejorar sus prestaciones hasta que ha logrado rotar un cilindro de vidrio 10.000 veces más grande que su motor.
"Los galardonados han sacado a los sistemas moleculares de su letargo y los han llevado a estados de alta energía en los que se pueden controlar sus movimientos", afirman desde la Academia de Ciencias. "En términos de desarrollo el motor molecular está en el mismo nivel de desarrollo que el motor eléctrico lo estaba en 1830, cuando los científicos mostraron ejes rotando ruedas pero todavía no sabían que su invento acabaría produciendo trenes eléctricos, lavadoras, ventiladores o picadoras de carne".
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