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Las organizaciones ecologistas españolas no tardaron en tildar la medida de «decisión histórica» mientras la mayoría de los ganaderos norteños se echaron las manos a la cabeza. En pocos días, como mucho semanas, estará prohibido cazar el lobo ibérico en todos los rincones de España. ... Estos cánidos silvestres se convertirán en una raza con especial protección en todo el país, y por lo tanto no cinegética. Un estatus del que ahora solo gozan en la mitad sur española, en los territorios ubicados por debajo del Duero, donde los lobos son un depredador salvaje casi inexistente, con solo un puñado de manadas moviéndose entre los montes y parajes de Segovia, Ávila, Madrid, Salamanca y Guadalajara.
El cambio radical se registrará en las comunidades cantábricas, Castilla y León, La Rioja, y Navarra, donde hasta ahora este animal –con entre 2.000 y 2.500 ejemplares en sus montes y campos– no gozaba de protección. En casi todas se permitía la caza controlada o se fijaban cupos anuales de sacrificio para evitar su proliferación. Bien cazadores, bien forestales, o bien ambos, según los casos, sacrificaban cada año más de un centenar de cánidos entre el norte de Castilla y León, Galicia, Asturias y Cantabria, que aglutinan al 98% de las 297 manadas de la península.
La medida, que para ser oficial tendrá que ser dictada por orden de la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, y publicada en el BOE, se acordó hoy en una convulsa sesión de la Comisión Estatal para el Patrimonio Natural y la Biodiversidad, que reúne a los altos cargos en la materia del ministerio y de las comunidades autónomas.
La tensión del debate fue tan evidente que hubo que acudir a una segunda votación porque las posturas estaban tan divididas que la primera consulta terminó en empate. En segunda votación, y por un solo voto, venció la propuesta ministerial de incluir al lobo en el Listado de Especies Silvestres de Régimen de Protección Especial (Lespre), lo que automáticamente le concede estatus de animal no cinegético en todo el país y limita su caza a permisos excepcionales. En contra de esta modificación estuvieron, entre otras, Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco, Castilla y León, y Madrid.
La propuesta vencedora venía avalada por un dictamen del Comité Científico de Fauna y Flora, conformado por expertos independientes, que en 2020 respaldó parcialmente la petición de protección de la Asociación para la Conservación y Estudio del Lobo Ibérico (Ascel) y aconsejó incluir al animal en el Lespre por «su importancia como patrimonio cultural, científico, así como por los servicios ambientales que produce la presencia de la especie en los ecosistemas naturales».
Luis Suárez, coordinador de Conservación de WWF España, no pudo evitar acordarse de Félix Rodríguez de la Fuente, fallecido hace 40 años, fundador de esta organización y uno de los divulgadores que más contribuyó con sus reportajes en el último tercio del siglo XX a evitar el claro riesgo que había por entonces de extinción de la especie.
Los naturalistas piden que, en la nueva estrategia nacional para el lobo, que se han emplazado a pactar ministerio y autonomías, las administraciones hagan compatible la protección en toda España con un plan de ayudas a la ganadería extensiva (tradicional en libertad), que permita prevenir y minimizar los ataques al ganado, complementado con indemnizaciones «rápidas y justas» para las bajas en los rebaños. Proponen el uso generalizado de mastines y pastores y de vallados modernos y rediles de recogida nocturna, entre otras medidas, y consideran que el cambio traerá beneficios a través del turismo ecológico y de avistamientos.
Las organizaciones de ganaderos, sobre todo las de las zonas con mayor presencia de manadas, no solo rechazan el fin de la caza de lobos sino que llevan años subrayando que las autoridades locales se quedan muy lejos del número de ejemplares que deberían sacrificar cada año para minimizar los ataques a sus reses y rebaños, que aseguran van en constante aumento, y por los que denuncian que cuando se les indemniza es «tarde y mal». El mismo rechazo absoluto de la medida avanzan las autonomías que hoy votaron en contra. El consejero de Fomento de Castilla y León avisó de que si el ministerio cambia el estatus del lobo «va a haber una importante batalla». La Federación Española de Caza considera que es una medida «ideológica» de un Gobierno que «es completamente ajeno a la realidad rural».
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