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J. V. Muñoz-Lacuna
Toledo
Viernes, 2 de noviembre 2018, 21:02
El misterio continúa y se alimenta en el no menos misterioso casco histórico de Toledo. En la festividad de Todos los Santos, y aprovechando la oscuridad de la noche, alguien ha distribuido 144 lacitos de color blanco por las calles de la zona antigua de ... la ciudad. Los lazos han aparecido anudados en monumentos como la catedral con la leyenda '144K' escrita con rotulador negro. Historiadores y amigos de lo esotérico interpretan este extraño episodio con un pasaje del Apocalipsis. La letra K vendría a representar la cifra mil -una referencia muy usada en el mundo anglosajón-. Multiplicada por 144, da 144.000. Según algunas interpretaciones bíbilicas, son «los sellados de todas las tribus de los hijos de Israel» que serían los siervos de Dios fieles a sus mandamientos que encontrarían la salvación eterna.
Desde el Ayuntamiento de Toledo no se atreven a validar tal interpretación. La concejala de Participación Ciudadana, Helena Galán, indicó este viernes que «detrás debe de haber algún movimiento o acto cultural que habrá en Toledo de carácter privado». En cualquier caso, la edila reconoció que ve «con buenos ojos» este tipo de exhibiciones culturales o artísticas. Al enigma de estas lazadas hay que añadir otros dos que en los últimos meses sorprendieron a los toledanos y visitantes que suelen recorrer las callejuelas del casco histórico.
A principios de agosto aparecieron 666 figuritas de cerdos realizadas con cerámica y desperdigadas por todo el casco antiguo. Cada cerdito, de ocho centímetros de longitud, estaba numerado hasta el 666, cifra que simboliza al demonio, lo que generó todo tipo de rumores e interpretaciones: desde que se trataba de algo diabólico hasta que, simplemente, alguien quería gastar una broma macabra a la ciudadanía, o que detrás de las figuritas una campaña publicitaria encubierta de algún artículo. Sin embargo, a principios de septiembre y cuando los cerditos estaban casi olvidados en la conciencia colectiva de los toledanos, 777 pequeños peces de barro, también numerados y de color dorado, inundaron las calles de la ciudad.
Entonces, el 'pezqueñín' llevaba incorporado un papelito con un texto que aludía a la leyenda del pez de oro del Transparente de la catedral de Toledo, según la cual la ciudad se inundaría si un día que cayese esa figura. «Y entonces, cuando el ángel que sobre nosotros vuela suelte el pez dorado que con su mano porta, se iniciará la caótica caída de la ciudad de Toledo, hundiéndose sobre sí misma, arrastrando así sus casas, ciudadanos y habitantes...», reza una leyenda que cortó la respiración a más de uno al relacionarla con los diminutos peces. A los cerdos y peces numerados se unen ahora los lazos blancos para incrementar la intriga. ¿Quién o quiénes los han colocado y con qué intenciones? A buen seguro, alguien con conocimientos bíblicos y de la historia de Toledo.
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