«La antigua Raquel era un diamante en bruto y el cáncer la pulió»
Raquel Alguacil ·
Asesora de imagen y creadora de la firma Oncobelleza, prepara la vuelta a España en barco, una prueba de deporte extremo que la ha sacado a floteSecciones
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Raquel Alguacil ·
Asesora de imagen y creadora de la firma Oncobelleza, prepara la vuelta a España en barco, una prueba de deporte extremo que la ha sacado a floteana pérez-bryan
Lunes, 3 de agosto 2020, 00:26
El diagnóstico llegó, maldito calendario, el 19 de octubre de 2017, Día Internacional del Cáncer de Mama. Nada que celebrar, pero tampoco un motivo para hundirse. Al contrario, Raquel Alguacil (Granada, 1971) reorientó su vocación como directora de su empresa de asesoría de imagen, Tevisto, ... y alumbró Oncobelleza, un salvavidas estético para las que vinieron detrás. Aquello puso alfombra roja al cáncer y la desnudó de lo accesorio. Hoy, Raquel viste mar con el 'Reto Pelayo Vida' y se prepara para dar la vuelta a España en barco. Y dice –leen bien– que al final ese 19 de octubre la ha salvado.
–Arranca la entrevista con buena noticia. Seis meses más de tregua. ¿Cómo sienta?
–¡Sí! En la última revisión me han dicho que todo va muy bien. La próxima ya será en 2021, así que no tengo que pensar en pedir cita con médicos hasta entonces. Esos nervios de los días previos... Uf, son inevitables, pero es algo por lo que pasamos todas.
–Vístame con un color su ánimo.
–Blanco y azul. ¡Azul por el mar! (se ríe mientras lo señala).
–Tener cáncer y verse guapa, ¿es posible?
–Claro. Es importante sentirte bien por dentro para que se vea fuera. Y al revés. De hecho, con el confinamiento muchas personas se han dejado y eso, quieras o no, repercute en el ánimo.
–¿Por eso nació Oncobelleza?
–En efecto. La historia tiene su origen en mi proceso; pasé por muchos especialistas y cada uno sabía de lo suyo. Pero nadie me decía, por ejemplo, cómo tenía que cuidar mi piel para no quemarme con la radioterapia. Ellos van al problema grave, pero a eso no. Mi oncólogo me dijo: 'Como asesora de imagen, ¿quién mejor que tú?'. Y en dos o tres días ya estaba en marcha.
–El diagnóstico... ¿en qué medida te desnuda?
–En todo. Además, siento que lo que he hecho antes ha sido una preparación para esto. En los meses previos al diagnóstico pensaba que necesitaba más, que todo se me quedaba corto. Cuando tienes el golpe y pasan las cosas no entiendes el porqué, pero con el tiempo todo cobra sentido.
–¿Por qué ponemos tanto ropaje sobre la palabra cáncer? La larga enfermedad, la batalla...
–¡Es verdad! Es que es una palabra que aún está muy relacionada con la muerte, y se intenta evitar. Cuando la dices es porque has empezado a asimilarlo.
–¿Fue así en su caso?
–Pues no sé qué me pasó, porque cuando me lo dijeron pensé: 'Ostras, qué suerte he tenido, podría haber sido mucho peor'. De hecho, después de la cita con la ginecóloga tenía hora en la peluquería, y cuando estaba allí pensaba: 'Si supieran la noticia que me acaban de dar'...
–Hábleme de cómo bajó de los tacones de aguja para enfundarse en todo tipo de calzado deportivo. ¡Menuda mochila trae!
–(Risas). Sí, ese es mi mérito, ¡haberme bajado de los zapatos de tacón a los 47 años! Antes no había hecho nunca deporte. Meses antes del diagnóstico me apunté a yoga porque no me encontraba bien, pero el oncólogo me dijo que eso no era nada... Que tenía que hacer deporte, mover el corazón. Por casualidades de la vida, conocía a un entrenador personal y lo llamé. Después supe del 'Reto Pelayo Vida' y me inscribí a la prueba de ascenso a los Andes, pero no estaba preparada. Y como soy cabezota, me dije que eso lo sacaba yo...
–Y cambió la montaña por el mar.
–Sí, y aquí estoy. Se presentaron 340 chicas; preseleccionaron a trece, y de esas trece se quedarán, en breve, con cinco.
–¿Qué le ha enseñado navegar?
–Navegar es como la vida. Es saber que no podemos hacer planes y que debemos salir de la zona de confort para crecer. Soy muy perfeccionista, y esto te enseña a adaptarte a los cambios en minutos. En esa mochila llevo también desde un bikini a un forro polar, y te aseguro que todo se utiliza en la misma travesía.
–Véndase. ¿Por qué tiene que ser una de las cinco finalistas?
–Porque no sé si soy valiente, pero sí luchadora, y me quiero quedar tranquila de que lo he hecho todo por conseguirlo. Creo que transmito entusiasmo a gente que estaba dormida. ¿Sabes qué? Que el cáncer te quita las capas, que te despierta y te alimenta el alma.
–Me acaba de dar el titular.
–Es que es así, todo lo que yo era antes fue la preparación para lo que ves ahora. La antigua Raquel era un diamante en bruto, y el cáncer la ha pulido.
–¿Se siente cómoda en los zapatos de una superviviente?
–Los términos superviviente o guerrera no me gustan mucho. ¿Qué persona no lucha o no pone todo de su parte para salvarse?
–Lo dejamos en la nueva Raquel.
–Venga (risas). Lo dejamos en la nueva Raquel.
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