Arrestados los padres de un bebé que ingresó en un hospital de Santander en estado grave

Tras proceder al ingreso del bebé, que desde entonces permanece en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) intubado y sedado, el hospital dio parte al juzgado de guardia y a la Fiscalía de Menores, que han abierto diligencias para esclarecer las circunstancias de lo ocurrido. Fuentes policiales confirmaron ayer a El Diario Montañés que se practicaron las detenciones tanto del padre como de la madre del pequeño en la zona de La Albericia, donde tienen fijada su residencia. Ambos han pasado a disposición judicial.

Al parecer, fueron ellos mismos quienes llevaron al niño a Urgencias de madrugada. La hemorragia cerebral que presenta indica que el bebé ha sufrido un impacto. Ahora será la investigación en ciernes la que determine si fue consecuencia de un accidente fortuito o es fruto de una agresión. Ante este tipo de situaciones, en las que las lesiones que presenta el menor hacen pensar a los sanitarios que le atienden que puede tratarse de un episodio de violencia en el entorno familiar, el hospital actúa de oficio, siguiendo el protocolo establecido por la Asociación Española de Pediatría. Las directrices son las mismas que se siguen a nivel internacional para garantizar en todo momento la protección del menor. Así fue como se procedió en el caso de este bebé que apenas tiene un mes y medio de vida.

Una vez diagnosticada la sospecha de agresión tras realizar la exploración física y analizar la sintomatología, el plan de actuación de Urgencias, cuya prioridad es poner a salvo la integridad del niño, ordena dar aviso a la autoridad judicial y a la policía. Las medidas a tomar dependen de la edad de las víctimas y de la gravedad del caso, ya que puede haber maltrato sin violencia física, como ocurre cuando se detectan situaciones provocadas por descuido de la familia, falta de atención o de vigilancia, en cuyo caso se contacta con los trabajadores sociales. Los pediatras están sobreaviso para poder identificar indicios de malos tratos a su paso por Urgencias. Diferentes indicadores, recogidos en el protocolo, ayudan a encontrar pistas concluyentes. Se comprueba si las versiones que ofrecen los adultos que acompañan a los niños concuerdan con las lesiones encontradas por ejemplo, si argumentan una caída de la cama pero hay hematomas en diferentes zonas. Asimismo, se atiende con especial dedicación a aquellos menores que acuden con frecuencia a Urgencias con diferentes traumatismos. En ocasiones se encargan pruebas adicionales, como TAC o radiografías.

La Ley de Cantabria 8/2010 de 23 de diciembre, de garantías de derechos y atención a la infancia y la adolescencia, otorga a la región competencias exclusivas en materia de protección de menores.