COLPISA / AFP
Miércoles, 8 de febrero 2017, 14:29
Una empresa editora india ha sido duramente criticada este miércoles por publicar un libro escolar aconsejando a los alumnos, como cualquier otro experimento científico, que asfixiaran gatos. Dicho libro, utilizado por cientos de escuelas privadas en la India, propone colocar a dos cachorros de gato ... en cajas separadas, una con agujeros y la otra totalmente hermética, con el fin de estudiar la importancia del oxígeno para los mamíferos.
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"Poned un gatito en cada caja. Cerrad las cajas. Después de un tiempo, abrid las cajas. ¿Qué veis? El gato en la caja sin aireación está muerto", explica el texto, en alusión indirecta a la paradoja del llamado gato de Schrödinger. Ante eso, grupos defensores de los derechos de los animales han indicado que varias escuelas ya habían retirado tal libro de su circulación académica.
También han conseguido que ese editor prometiera suprimir el polémico experimento en su próxima edición. "Tal vez parezca estúpido, pero proponiendo este experimento ponían en peligro la vida de niños y de animales", ha declarado Vidhi Matta, portavoz de la federación de organizaciones indias protectoras de los animales.
Además, Matta ha afirmado que todavía no conocía casos de alumnos que hubieran llevado a cabo este macabro experimento con mininos. Incluso ha recordado que los libros escolares indios suelen ser objeto de críticas por "tener errores graves en su contenido" y sin haber sido éste debidamente contrastado.
La famosa paradoja
La conocida paradoja del gato, propuesta en los años 30 por el físico Erwin Schrödinger, consiste en que si se mete un gato dentro de una caja opaca cuya vida depende de un evento al azar, como por ejemplo un martillo que, con un 50% de probabilidades, golpea una botella con gas venenoso. Por tanto, determinar exactamente cuándo muere el gato es imposible. ¿Muere cuando se produce este evento, al azar, o al abrir la caja?
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Aunque el sentido común sugiere que la primera opción es la correcta, los físicos cuánticos suelen guiarse por la segunda opción, que se deduce de la llamada interpretación de Copenhague (Dinamarca), enunciada por Niels Bohr en 1920, una década antes de la paradoja del gato. Para Bohr, alguien tiene que observar el resultado antes de que sea definitivo.
Hasta entonces, paradójicamente, el gato de Schrödinger está vivo y muerto a la vez. Pues en el mundo de la física cuántica, un sistema puede estar en dos estados superpuestos, al mismo tiempo, siempre y cuando nadie esté observando, ya que la observación perturba al sistema empujándolo hacia un estado u otro.
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