«Quiero ser una chica normal»

Dana Internacional es el nombre que eligió para cantar. En 1998 la eligieron para ser la candidata israelí a Eurovisión, la primera transexual en pisar el escenario. En su país hubo gran oposición de los ultraortodoxos y la amenazaron de muerte. Ganó en Birmingham con Diva por 172 votos y se convirtió en un icono de la libertad sexual. Aún hoy sus canciones están prohibidas en algunos países.

Nadie pensaría que Dana Internacional, icono de la cultura contemporánea israelí, del mundo gay eurovisivo, ese símbolo que se cimbrea cuando pisa las aceras de Madrid, solo quiere ser «una chica normal». Y no es posible, porque ya nunca será una más.