Bares y restaurantes preparan sus locales para el juego popular de las chapas

Según explica Antonio Hernández, dueño del bar Thais, «la normativa de este año es la misma sin que haya subido la tasa que se cobra por organizarlo». Tras pagar los 31,73 euros, presentar el certificado de carecer de antecedentes penales y una declaración de no haber sido sancionados por infracciones en materia de juego, tanto del organizador como de los barateros, la Junta autoriza su celebración dentro de un local cerrado.

El pasado año fueron 44 los locales a los que se autorizó en Valladolid. Entre los solicitantes están los que llevan más de cuatro décadas celebrando este juego de apuestas populares, y en donde las cantidades ganadas llegaron en 2016 a superar los 18.000 euros durante alguno de los corros de la noche.

Según explican algunos de los propietarios, «este año parece que hay más predisposición que durante la crisis, al menos por cómo preguntan los clientes», dicen, que añaden que las sesiones autorizadas en los locales comprenden desde las cero horas del Jueves Santo, todo el Viernes Santo y también el sábado 15 de abril, que se pararía a las doce de la noche. El juego se prolonga en algunos locales hasta la madrugada.

También en los pueblos de la provincia

La afición a observar cómo se depositan los billetes de cinco, diez o cincuenta en euros en el corro, a la espera de que caigan las monedas isabelinas de la suerte, genera además un negocio importante en la facturación de los locales organizadores, por el consumo de bebidas y comidas. Sobre todo en las pequeñas localidades de la provincia, donde este juego es muy popular.

«Las ventas por bebidas y comidas se notan mucho en los tres días en los que se juega. Los corros se suelen prolongar toda la noche y para hacerlo más llevadero solemos dar unas pastas o frutos secos. Son jornadas en las que se trabaja muy bien», explica Sonia Vicente, dueña ahora del bar La Lanzada en Villalón de Campos, que antes regentaban sus padres, y en donde ya de niña venía desde Baracaldo, donde vivió un tiempo, «a ver cómo se jugaba a las chapas». Treinta años después, ella es la que ha retomado la organización de este juego en un local que tiene un aforo para 130 personas.

Desde Alcazarén, Nava del Rey, Peñafiel, Tudela, Tordesillas, Laguna de Duero, Olmedo, Torrelobatón hasta Carpio, la celebración de este juego es uno de los atractivos que despiertan el interés de los visitantes a los pueblos en estas fechas de Semana Santa. Acuden también jugadores de La Rioja o de León.

La normativa de la Junta de Castilla y León, desde el año 2002, obliga a que la cantidad de dinero que se juega sea «líquida y cierta», por lo que no vale apostar sobre animales, bienes muebles o inmuebles como se hacía antaño.

Los espacios donde se hace el juego pueden ser cerrados o abiertos, y las apuestas deben estar controladas por personal autorizado por la Junta. Los locales deben de disponer además de hojas de reclamación, que se trasladarán a la Consejería de Presidencia en caso necesario.