Quién me presta una escalera...

«¿Quién me presta una escalera para subir al madero?», se preguntaba Joan Manuel Serrat en la archiconocida 'Saeta', convertida en marcha procesional desde hace varias décadas.

Más de 100 personas parecen dispuestas a ello y convierten en una vorágine la calle Santa Nonia. Se afanan por dar los últimos remates a un acto que se convierte en el gran referente de la Pasión.

El traslado y los últimos retoques

Pero el trabajo no se concentra sólo en estos días. Tras finalizar la Pascua del año anterior, se lleva a cabo la revisión de los pasos, se realiza una lista de deterioros y mejoras, y tras limpiarlos y taparlos se almacenan en la nave que la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno tiene en Santa Olaja de la Ribera.

Desde noviembre, el equipo de montaje comienza una exhaustiva labor para preparar la procesión del Viernes Santo. Se revisan los pasos, se hacen pequeñas reparaciones, se limpia la orfebrería y se monta la cera. El jefe del equipo de montaje es Juan Carlos Campo, el hermanito de Jesús con dedicación absoluta al Dulce Nombre.

Se limpian, se enceran, se abrillantan y se plastifican. Después, se preparan los alambrados de las jardineras. Todo tiene que estar listo para el Sábado de Pasión, cuando se desplazan a la carpa de Santa Nonia. De ello se encarga un grupo de papones que, por cuestiones laborales, disponen de las mañanas para desplazarse hasta esa localidad.

Algunas de las tallas ni se desmontan, como el Prendimiento, debido a su complejo sistema y su complicada manipulación. Otros pasos, como la Exaltación o el Ecce Homo, disponen de un sistema de plataformas que permite bajar los centros de gravedad de los tronos para que no sufran en los traslados.

Las flores, el Miércoles Santo

En la cochera de Santa Nonia se lleva a cabo una cadena de trabajo perfectamente engranada. En un lado se distribuyen y colocan los obsequios florales que se otorgarán a los papones que procesionen en los Pasos. En otro, aparece plastificada la orfebrería. No se pasa ningún detalle, incluso los incensarios son revisados para comprobar su perfecto funcionamiento.

Una vez que la estructura está disponible es hora de decorar los tronos y dar los últimos remates a la Procesión de los Pasos. Esta actividad se desarrolla el Miércoles Santo y de ello se encarga Luis Ángel Ruiz.

Cada año busca que los colores, la composición y la flor sea diferente, siguiendo un criterio estético, pero garantizando la variedad en cada Semana Santa.

Entre sus manos pasan 20.000 unidades de flores, por valor de 14.000 euros, que él debe organizar para que la procesión luzca cada año mejor.

El tejido florido de la Dolorosa

Cada talla tiene su propio estilo. Para este artista floral, el más sencillo es elExpolio; sin embargo, la más compleja es la Madre Dolorosa, que se adorna con un auténtico manto floral repleto de centros.

Un trabajo de 365 días que tiene su reflejo más visible durante estos días. El bullicio, las prisas y la labor más sofisticada se dan cita en Santa Nonia, la catedral de la Pasión, y que ya descuenta las horas para ver salir la procesión más emblemática de la Semana Santa de León.

No procesionará el Cristo de los Ginatos, para ese que Serrat pedía la escalera; pero lo hará el Nazareno y los más de 4.000 papones que llevarán a la capital el via crucis de Cristo.