Semana Santa León

La última vez en Santa Nonia

El mayordomo del Nazareno asciende al trono de Jesús. Ya con capillo, remata la cruz que no cabe por el dintel de Santa Nonia. Es el último paso antes de que el Señor de León pise sus calles.

Empezó a las puertas de San Marcelo, con aquel canto que llama a la procesión, y el último fue a las puertas de Santa Nonia. Tambor, esquila y clarín para hacer una llamada a los pies del señor Nazareno. Felicitaciones y buena procesión. El hermano abad se retira a su posición y el viceabad ordena que salga la procesión.

Un recuerdo para la posteridad, una forma de rememorar que cada año tienen una cita en Santa Nonia. Las fotografías antes de bajar capillos se suceden en los exteriores del Jardín de San Francisco.

Todo tiene que estar en orden, ya sea la mantilla, la túnica o el capillo bien puesto. La colaboración entre hermanos es más necesaria que nunca antes de la salida en procesión.

A la Madre Dolorosa le toca esperar tras la reja. Ha visto salir a su hijo, pero ella lo hará en último lugar. La virgen espera en Santa Nonia mientras ve abandonar la zona al resto de la procesión.

El vicio queda a un lado cuando el capillo baja. Es por eso que muchos apuran, a las puertas de Santa Nonia, para esa última calada con la que aguantar hasta el descanso en Santo Martino, o al menos ello deberían.

Toca una lectura rápida de aquellos mensajes de amigos y familiares. Tambien enviar alguno que otro antes de ponerse los guantes. Luego tocará guardar el móvil y disfrutar de una buena puja. Algún ¡Que sea enhorabuena! habrá recibido durante el recorrido.

¡Buena puja, hermano! Es el mensaje más escuchado en Santa Nonia antes de que los capillos bajen. La procesión está a punto de comenzar y siempre es bueno mantener una buena charla que despeje los nervios.

Los veteranos tienen la obligación de asesorar a los más jóvenes. Además, el seise de paso o el bracero mayor son los encargados de dar las últimas órdenes para que todo vaya rodado en procesión.

La túnica tiene que estar impecable y que moleste lo justo, más aún si se tiene que estar en una banda o agrupación. Por ellos los últimos retoques, vengan de quien vengan, siempre son bien recibidos.

El Cristo de la Agonía no caminará solo. Su rumbo hacia el recorrido de los cuatro conventos partirá de Santa Nonia a lomos de sus braceros.

Todo tiene que ir bien en la procesión. Los ajustes son necesarios para que los faroles, el incienso o las banderas ocupen su lugar y se encuentren en óptimas condiciones. De esto se suelen encargar los más jóvenes de la cofradía.

Siempre hay alguien con quien necesitas hablar antes de ponerte a caminar con el peso de la historia en tu hombro. Ese consejo o ese último aliento antes de salir de Santa Nonia.

Hay que afinar bien el instrumento si no se quiere dar la nota. La próxima vez que suene será para sacar al Nazareno de Santa Nonia y acompañarle por las calles de León.