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La provincia de León vive tantas Semanas Santas diferentes como localidades hay donde se celebran.
Una de las más curiosas se vive en Almanza, donde cada primavera la tranquilidad de su día a día se transforma para disfrutar de una pasión muy especial. « ... Es una sensación única. Todo el mundo está muy metido, aunque no colabore, y es algo nuestro, que se transmite a los que vienen y logran vivirlo como uno más».
Esther Cano forma parte de una de las dos cofradías, la que sacan las mujeres, la de la Soledad, que realiza varios actos por las calles del pueblo. La penitencial se fundó en 1995, cuenta con una treintena de hermanas, y salen el Jueves Santo por la noche acompañando a los hombres que van a cementerio a por el Bendito Cristo del Humilladero y regresan a la iglesia.
También está la Cofradía de las Ánimas, con más de tres siglos de antigüedad, y que está integrada por hombres. Uno de sus cofrades es Eduardo Díez, quien también apunta al Jueves Santo como primer día para salir.
La Luz de la Pasión - Lunes Santo
El día grande es el Viernes Santo, con la Procesión de los Pasos, donde participan junto a los hombres, en el acto más singular de la Semana Santa de Almanza.
La parroquia de Santa Marina acoge la representación de las tres caídas de Jesucristo donde una persona, imitando al nazareno, sostiene unas cadenas y se va dejando caer contra el suelo. «El protagonista es el que hace de Jesús de Nazaret, custodiado por el judío que le empuja y le maltrata representando lo que pasó en aquella época; y otra figura importante es el cirineo, que le ayuda a llevar la cruz».
Nervios y tensión por parte del protagonista, pero también del resto de vecinos de la localidad, que tienen en este momento el culmen de su pasión. «Los cofrades nos ponemos en el altar y desde ahí ves lo que está ocurriendo y cuesta años poder verlo, yo prefiero solo escucharlo; cerrar los ojos es algo emocionante; hasta que no lo vives no lo puedes explicar», aseguran los hermanos de las cofradías de Almanza.
El programa se completa con un encuentro el Domingo de Resurrección que vuelven a organizar las dos cofradías y a la que se suman otros muchos vecinos.
Otra tradición de Almanza es la puja de los pasos y otros actos penitenciales. Lo más valorado aquí es el puesto de nazareno para las tres caídas, algo que se suele hacer por un motivo de fe. «Por él se han llegado a pagar 200 euros, pero suele ser por una promesa, porque tienes a un familiar enfermo o que se ha curado. Se llegan a pagar grandes sumas por el judío, por su lanza y su corneta; también por la Oración en el Huerto, el San Juanín, la Urna y el resto de formas que participan en la procesión».
Con todos estos ingredientes, la Semana Santa de Almanza apuesta por crecer e invita a la provincia a vivirla desde el pueblo. Su próximo objetivo será alcanzar el Interés Turístico Regional y demostrar que la pasión almanceña no defrauda; y que el que va a sentirla, acaba repitiendo.
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